
(Buenos Aires) Araceli Otamendi
Una muestra de fotografías y gigantografías se presentó ayer en el Museo Casa Carlos Gardel en el barrio del Abasto. La casa donde vivieron el Zorzal criollo y su madre Berta Gardes y que exhibe objetos, fotografías, muebles recibió al público para la inauguración de la muestra titulada No habrá más penas ni olvidos.
Ante la mirada de turistas asombrados y el público argentino, un hombre canta tangos acompañado de un pianista mientras una mujer y un hombre bailan. Estamos en una de las salas de la "casa chorizo" ubicada en la calle Jean Jaurés 735, la casa que Carlos Gardel compró para su madre, Berta.

Minutos después se presentará el libro La última esquina de Carlos Gardel de Oscar Andrés de Masi editado por Eustylos y la muestra de gigantografías y fotografías para destacar que:
Por primera vez la Comisión de Monumentos propició honrar la memoria de un artista popular como Carlos Gardel.
La bóveda que guarda los restos del artista en el cementerio de la Chacarita fue declarada "Sepulcro histórico" en el año 2006 por el Poder Ejecutivo Nacional mediante el Decreto Nº 1839 destacándose así el acento de la dimensión simbólica de Gardel en la identidad porteña.
Poco después, mientras el público recorre la muestra donde se exhiben fotografías del artista nacido en Toulouse, Francia y nacionalizado argentino por elección, la voz de un hombre y una mujer siguen cantando el tango ante el público argentino y la mirada asombrada de los turistas.
El morocho del Abasto merece este homenaje, porque "cada día... canta mejor". El mito se ha hecho presente con su aura mágica, está en la casa, en los objetos, en las fotografías, en la letra y la música de las canciones que van llenando de sonidos y de baile a esa casa que cobijó a Gardel y a Berta Gardes, la madre soltera, la humilde planchadora que llegó en 1893 a Buenos Aires en busca de un futuro mejor.