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El rompecabezas infernal
Zoraida, era una joven que vivía con sus
padres y su hermana Elizabeth en el jirón Trujillo situado en el antiguo
distrito del Rimac en Lima, Perú. Su antigua casa de adobe y quincha estaba
situada frente a la Iglesia Más Pequeña del Mundo, cerca al cine Perricholi que
junto con el cine Rambla eran los únicos del distrito en los años 1950. Un día,
una tía le regaló a su hermana un rompecabezas. Como a esta todo le aburría,
empezó a armarlo pero no lo terminó y lo guardó sobre el viejo estante de
libros que había en la sala de la casa.
La noche de un sábado de invierno de los años
1950, llovía y hacía frío en Lima. En la casa no había luz eléctrica pues la
habían cortado por que el padre de familia, que ganaba poco en su trabajo, no había
pagado la cuenta.
Eran las ocho de la noche, la muchacha estaba
en la sala que estaba iluminada
solamente por dos velas, su única compañía
era su gato Perseo que, aparte de ella, era la única compañía en la casa... con vida. Sus padres y
hermana habían ido a escuchar la misa de las 7.00 p.m. a la cercana iglesia de
San Lázaro y volverían pronto. Zoraida, quien es ese momento leía cómodamente
sentada en un mullido ¡chaise longue! se acordó de pronto del rompecabezas y se
decidió a armarlo, pues era algo que nunca había intentado hacer. Debido al frío, la muchacha, vela en mano, se
dirigió a la cocina y se preparó un café. Ya en la sala, lo coloco sobre la mesa,
subió a una silla y sacó el rompecabezas del estante de libros. Después, se
sentó ante la mesa y puso el pasatiempo sobre esta junto a las velas y empezó a
armarlo. Tomó una pieza, luego otra, después otra, se alegró y palmoteó cuando
vio que encajaban perfectamente y así, embebida en el juego, estuvo cerca de
una hora al cabo de la cual observó que la imagen del rompecabezas empezaba a tomar forma. Cuando
empezó a armar el rompecabezas ella se dio cuenta que, a diferencia de juegos
similares en donde se muestra en la tapa la imagen de lo que se va armar, esta
no mostraba ninguna pero sí la cantidad de piezas: 3,000. Pasó el tiempo y la
imagen ya empezaba a tomar forma, le llamó la atención que aquella mostrara una
puerta ¡parecida a la de su casa!
Sus padres y su hermana, llegaron cerca de la
diez, pues en la iglesia se habían encontrado con unos amigos y se quedaron
conversando con ellos, luego de la misa. Se disculparon ante la chica por
haberla dejado sola tanto tiempo y se asombraron cuando vieron que estaba
armando el rompecabezas. Elizabeth, su hermana, la retó a terminarlo esa noche,
Zoraida le dijo que estaba cansada por la tensión que le producía el realizar
aquel pasatiempo y rápidamente se fue a dormir. Después de un rato, su hermana
la siguió pues dormían en el mismo cuarto.
Cuando dormía, Zoraida soñó que las piezas del
rompecabezas eran pequeños monstruos que querían devorar sus manos cada vez que
ella las tocaba, y vio en su sueño que la imagen completa del juego aquel, ¡¡Era
la de un demonio con cuernos sobre su frente y de mirada siniestra quien la
llamaba!! Sobresaltada despertó gritando, su hermana luego de escuchar el sueño
que había tenido Zoraida, fue a prepararle manzanilla y se la ofreció a la
perturbada muchacha, ésta la tomó y se recostó. Quiso dormir pero no pudo
hacerlo esa noche. Las horas pasaron lentas para ella hasta que finalmente
amaneció. Las profundas ojeras denotaban su largo insomnio.
Era domingo, el día estaba soleado y hacía un
poco de calor. Después del desayuno Zoraida se fue con unas amigas a la misa de
9 a.m. en
el convento de los frailes franciscanos situado al final de la Alameda de Los Descalzos
donde solía pasear la aristocracia limeña de la época en la que el Perú era colonia
de España. Después de la misa, ella y sus amigas se pusieron a conversar con
unos muchachos y al cabo de un buen rato regresó a su casa. Después del almuerzo, la chica siguió con aquel
pasatiempo que reconoció le había gustado. A las 4 p.m. fue a encontrarse con
sus amigas y entraron a la matinée del cine Perricholi donde vieron la película
“Frankestein contra el hombre lobo” Que
les causo pavor. Al terminar la película salieron, se despidieron y cada quien
se fue a su casa. Zoraida cenó temprano y obsesionada por el juego de
rompecabezas se quedó armándolo hasta cerca de las 10 p.m., luego se fue a
dormir.
Ese lunes, el día estaba frío y nublado. Haciendo
un gran esfuerzo, Zoraida se levanto, tomo desayuno y se fue a su trabajo en la Antigua Botica
Inglesa del jirón de La Unión
donde era Auxiliar Administrativa. Al mediodía retornó a su casa a almorzar y
luego fue nuevamente a su centro de trabajo del que salió a las seis de la
tarde como era habitual en aquella época. Casi anochecía cuando Zoraida caminó
por el jirón De La Unión,
cruzó la Plaza
de Armas de Lima y pasó por el lado norte del Palacio de Gobierno hasta llegar
al puente que une las primeras cuadras de los jirones De La Unión de Lima y Trujillo del
distrito del Rimad. Cuando estaba en la mitad del puente, se cruzó con un
sujeto extraño que vestía un sombrero de ala ancha y de estilo francés, un largo
abrigo negro cubría todo su cuerpo. Lo que llamó su atención fue que aquel
personaje misterioso parecía... flotar en el aire. La miró fijamente y ella vio
que sus ojos eran de color... rojo. Ella, se asustó terriblemente y apuró su
paso y casi corriendo llegó pronto a su casa. Ya en su hogar, contó a sus
padres y hermana su inesperado encuentro con el siniestro personaje. Su madre, muy
seria, le dijo:
- Tu sueño te ha avisado algo respecto a ese
rompecabezas, ten cuidado porque no sabes que imagen te mostrará cuando
termines. Cualquier cosa me avisas inmediatamente hija.
Después de aquella advertencia de su madre, la
chica se tranquilizó, sin embargo, no se le ocurrió otra cosa que seguir con su
reciente pasatiempo. Después de tomar “lonche”, costumbre traída por los
inmigrantes ingleses al Perú, se acercó a la mesa del comedor, se sentó, y empezó a unir las piezas después de
cerciorarse que las que juntó la noche anterior estuvieran en su lugar. Después
de más de una hora frente al rompecabezas, sonó el teléfono, ella fue a
contestar y colgaron. Esa noche, ya tenían luz en la casa pues su padre había
cancelado en la mañana a la compañía de electricidad. Cuando iba a sentarse,
sonó nuevamente el teléfono y se acercó corriendo al aparato y al levantar el
fono, otra vez cortaron la comunicación, regresó a la mesa y antes de que
tomara asiento volvió a sonar el teléfono
y cuando ella contestó otra vez colgaron.
- Parece que “alguien” no quiere que continúe
armando el rompecabezas, le dijo a su madre que se había acercado. Ella
contestó muy preocupada:
- Ten cuidado hija, parecen cosas del diablo.
Ella se asustó por un momento pero continuó
armando las piezas. Pasó el tiempo y Zoraida
empezó a intranquilizarse, más aún, estaba terriblemente asustada porque
la puerta que aparecía en la imagen que mostraba el rompecabezas no solamente
era muy parecida a la de su casa sino que observó que ¡¡Era exactamente igual y
sentado al lado de ella, se
hallaba su gato Perseo!! Estaba segura que era él con su pelo anaranjado,
marrón, gris y blanco pues era multicolor. Se asustó tanto que dejó las piezas
del rompecabezas como si le quemaran las manos y cesó de armar el juguete.
Estaba nerviosa y decidió irse a dormir a las 9. 00 p.m. Su madre intuyó que algo
extraño le pasaba y le dijo con voz dulce:
- Pareces asustada hijita, ya te he dicho que
cualquier cosa me avises inmediatamente. Le dio un beso y la joven se fue a su
cuarto.
A media noche se despertó transpirando copiosamente.
Se sentía sofocada y mareada. Pensó que se trataba de fiebre pues tenía “calentura” en la
frente. Se preguntó si aquel extraño no le habría contagiado alguna enfermedad
cuando se cruzó con ella en el puente. Se levantó de la cama y se dirigió hacia la cocina para calentar y tomar un poco
de leche, luego de hacerlo regresó a su
dormitorio. Cuando atravesaba el oscuro pasillo para llegar a su dormitorio vio
una figura extraña, cuyos ojos brillaban en la oscuridad, quien le dijo con voz
macabra
¡¡Tu y tu familia son los elegidos para
llevarlos conmigo!!
Muy asustada, la chica corrió hacia su dormitorio,
el entrar cerró rápidamente la puerta y vio que su hermana dormía
tranquilamente. Se acostó, pero no logró conciliar el sueño en toda la noche.
El día siguiente sábado, no le tocaba trabajar
a Zoraida pues había acumulado horas extras y se quedó en su casa. Hubo un sol
radiante que derramaba sus rayos sobre la humedecida ciudad, ella se alegró por
ello. Estaba de buen humor y se dispuso a terminar de armar el rompecabezas. Después de desayunar con su
madre, pues su hermana dormía y su padre se había ido a trabajar en el Estanco
del Tabaco situado en el malecón frente al río Rimac. La joven, se acercó a la
mesa, se sentó en la vieja silla de madera, y siguió armando el rompecabezas,
ya que le faltaba poco para terminar.
Mientras seguía colocando fichas, se preguntaba quién podría haber hecho
aquel rompecabezas con una imagen tan
parecida a la parte delantera de su
casa, ¿alguna simple casualidad, o era algo sobrenatural? Ella no creía en esas
cosas, consideraba que solamente las personas ignorantes lo hacían y ella no lo
era ya que tenía una amplia cultura que adquirió en sus ratos libres cuando
leía obras de Historia, Geografía, Zoología, Botánica, Literatura y otros
temas, durante largas horas en la Biblioteca Nacional
de la avenida Abancay en Lima. ¿Pero y
si...? Siguió colocando las piezas con más vehemencia que nunca pues quería
terminar de una vez con ese juego. Al cabo de una hora, lo terminó. Miró la imagen final y sintió un
escalofrío que recorrió todo su cuerpo ¡¡La imagen representaba la casa del
jirón Trujillo en el distrito del Rimac, en la que Zoraida vivía con su familia!!
Era exactamente igual, parecía una fotografía de ella. ¡¡ No puede, no puede
ser!! Gritó la joven.
Su sorpresa se convirtió en terror, pues
cuando pudo ver más la imagen, notó que tras la ventana había una persona, ¡¡era
ella, Zoraida!! Sonreía como si le hubieran tomado una foto, detrás de la
muchacha estaban sus padres y su hermana, y sentado al lado de la puerta estaba
¡¡su gato Perseo!! Esa vez, la muchacha se dio cuenta que ella y toda su
familia estaban muertos pues hacía unos días atrás, la casa se había incendiado
con ellos dentro.
© Freddy Bravo Espinoza
Sobre el autor:
Freddy Bravo Espinoza vive en el distrito de Barranco, Lima, Perú. Este distrito es Ciudad
Heroica, y cuna de poetas, novelistas, cuentistas, narradores, músicos,
periodistas, intelectuales y artistas de diversas corrientes. Juan Freddy Bravo
Espinoza, es Licenciado en Sociología y Bachiller en Ciencia Social por la
Univ. Nacional Mayor de San Marcos en Lima. Además, estudió Psicología en la
misma entidad. Trabajó en el Servicio de Psiquiatría y otros Servicios Médicos
del Hospital del Empleado (hoy Rebagliati) en Lima, Perú. También es Analista
Transaccional y Experto en Liderazgo, Motivación, Comunicación y Relaciones
Humanas. Es Fundador y actual Presidente del INSTITUTO PERUANO DE RELACIONES
HUMANAS-INPERH, institución privada. Es, además, Consultor de Empresas e
Instituciones peruanas y extranjeras y conferencista internacional. Profesor
universitario. Ha recibido entrenamiento profesional con Expertos de Argentina,
Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México y Estados Unidos de Norteamérica.
Ha sido colaborador de Revistas literarias de Panamá, Argentina y México.
Ha publicado en México el libro de Poesía “Canto a los Humildes Cotidianos”
(1969)
Actualmente es Colaborador de los sitios Web de:
Alemania:
España
www.ilustrados.com, www.margencero.com, www.todorelatos.com,
www.TuNoviaEn.com, www.grupobuho.com, www.buscorelatos.com,
Palma de Mallorca, Baleares. www.telefonica.net/web/juan-planas
Zaragoza www.pielago.com
Sevilla www.cuentoypoesia.net
Valencia
ww.libros.ciberanika.com
Argentina
Buenos Aires www.ellimboweb.com.ar
Rosario www.argentinaenletras.com
Rivadavia www.diariocronica.com.ar
Costa Rica
San José www.clubdelibros.com
EE.UU.
Chicago, Illinois www.cuscatla.com
Boston, Mass.
www.ahora.net The Big Times No. 96
En los que se han
publicado cuentos suyos.
Es autor de los
libros inéditos:
- “98 Cuentos de fantasmas y Apariciones en Lima, Callao
y Balnearios”
- “Puente de los Suspiros” 137 Cuentos de
Fantasmas y Apariciones en el distrito de Barranco”
- “Los esqueletos azules” 76 Cuentos de
Misterio del Perú.
Imagen:
Fotografía tomada en el Museo Maguncia (Bs.As.) de Andando, obra de Ana
Erman, tinta pluma sobre papel Archivo: revista Archivos del Sur
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