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(Buenos Aires)
En este libro, el
antropólogo Roberto Pitluk encara la difícil tarea de realizar una tipología del macho
argentino subdividiéndolo en nueve categorías y reconociendo subtipos en los
últimos cincuenta años. Con toques de humor, reflexiones profundas y
comentarios irreverentes, echa luz sobre aspectos poco tratados de la Argentina contemporánea
y permite entrever la posibilidad de una nueva dimensión.
La obra está
concebida en dos partes: una de ensayos y otra de entrevistas. En la primera
parte, el autor realiza una tipología del macho argentino subdiviéndolo en
nueve categorías y reconociendo siete subtipos en los últimos cincuenta años.
Toma ejemplos de
otras culturas para contrarrestar la visión posmoderna de lo masculino y
criticar el paradigma consumista. Incluye un capítulo para que el lector
encuentre su propio tipo y propone una reflexión profunda acerca del
significado de la verdadera masculinidad. Los testimonios de la segunda parte y
el análisis del autor habrán de satisfacer a todo lector ávido de un
pensamiento libre, riguroso y lúdico, que las mujeres también van a disfrutar.
A continuación, se
transcriben algunos de los principales emergentes de las entrevistas en diez
temas clave, como por ejemplo en el capítulo dedicado a Visiones de lo masculino:
Puccini: La
masculinidad debería ser algo más sereno, ciertas actitudes, una forma de
expresarse y comportarse: modesto, inteligente, que no se la crea, seguro pero
no engreído, autosuficiente, sensible, perceptivo.
Cigliutti: Una
persona que sea coherente, justa, generosa; vale lo mismo para la mujer.
Duarte: La otra
punta, para mi, es el tipo que es digno de tomar de ejemplo, de charlar con él,
que vos respetás, valorás. Ese sí es el macho argentino, el hombre de verdad,
no el que está en el boludeo. El hombre de verdad es el que quiere a su mujer,
a su familia, es decente, laburador, respeta, valora y tiene un código.
Pinkler: Un hombre
completo tiene bien puestos sus genitales, su emoción, su intelecto y por eso
puede conectarse con Dios. En ese ser se da una asunción de la masculinidad que
no se denigra en un estereotipo. En la medida en que se afirma al otro, porque
entiende que hay algo superior.
Giampietro: Los
valores que yo buscaría en un modelo a seguir serían la honestidad, la
contrición al trabajo, el respeto del otro, el honor, y, si se pudiera, una
espiritualidad que lo haga un hombre de bien. Y no que el valor sea si soy un
piola bárbaro, si hice las cosas perjudicando a otro y no me agarraron,
entonces soy un fenómeno.
Rodríguez: Ser un
tipo muy firme, pero teniendo siempre muchas dudas, que me permitan crecer para
poder seguir afirmándome. Ser cada día más sensible. Volvernos muy permeables a
nuestro entorno, a valorar la afectividad como bien único.
Roberto
Pitluk es antropòlogo, investigador del CONICET, docente universitario y
consultor. Es autor de numerosos artículos científicos y un libro sobre el
desarrollo del pensar.
(c) Archivos del Sur
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