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Estás aquí:  Inicio >>  Cuentos, poemas, relatos >>  Infancia de éter y oro - Kim Bertran Canut
 
Infancia de éter y oro - Kim Bertran Canut
 

desde Barcelona

Infancia de éter y oro

Lapiceros, tizas y gomas de nata…

El olor a plástico de Pancho Villa y Jerónimo…

La madera de los fuertes con soldaditos de plomo, aros y canicas…

Ansia por aquel gatito, pez, pájaro, perrito, tortuga…

Tebeos cambiados el fin de semana .

en el quiosco de la esquina del barrio…

recuerdos felices de infancias desgraciadas, qué enigma encierra que habiéndola vivido, la olvidamos y lo único que persiste es la nostalgia de no conseguir fusionar el hoy con el ayer.

Perdiendo la infancia y rindiéndonos al desespero del tiempo…

Hemos conquistado la vejez con humana cobardía…no voy a borrar los grafittis que Anaïs pinta en esta negra silla…trazos cortos, frescos ¿dulces? La niña necesidad de expresión araña sin que el adulto entienda y…¡reprimenda!...encerrado por contemplar unos segundos la verdad, siempre a la misma hora libertad pasea por su celda.

La foto del caballito de cartón y el primer pantalón largo. Dar comida a los patos del lago y en la plaza a las marginadas palomas.

Nada frunce el ceño con el pesar de no entender, quizá ya haya muerto el silencio…ya nadie llamará a su puerta, ha rozado el ayer sin devolver un adiós…el ojo triste fija la mirada buceando recónditas lógicas, nada, es sensual…dooonnnggg, dooonnnggg, dooonnnggg…campanadas de la nada, nada espiritual, nada es llanura, jungla, abrupta, lunática, volcánica…mitología…si es preciso morirá para que vivas tu oportunidad…los ratones duermen y alguien escupe pasados sin apagar luces…nada es alma, pureza, música de lluvias, nada, ese olor peculiar tan especial de los recuerdos de la etapa más significativa e importante de nuestras vidas hacinadas en la lejanía de la niñez, hemisferio izquierdo, subconsciente y olvidado…regresión quiere hablar pero se entretiene en agregar las grietas del llanto, que se ha mudado sin equipaje, sin un mal traje…el reloj de la torre marca el deterioro y alguna ausencia…dooonnnggg, dooonnnggg, dooonnnggg…paralelo, se asemeja al omnipotente sueño dulce y a menudo inusual comportamiento inteligible de las ciencias postradas a un próximo encuentro de tierra, agua, atmósfera…nada se encontraba como tantas otras veces pensando en el bordillo de la infinitud, sombreada por nubes de humo perlado y ligada al intenso olor a ceniza agridulce de la fábrica de café…el sol de invierno teje su aliento sobre la autopista de cinco carriles desérticos, silenciosos, inútiles en la ensoñación más surrealista. Cuando el aire cesa de ventear los cánticos de las sirenas del asfalto y la soledad bromea con las ascuas de brasas perplejas en un vuelo seguro, estirando las alas con fuerza naturaleza y tenacidad animal…el espacio en su lugar…nada por aquí, nada por allá, bajo el sombrero… ¡Alehop!, un conejito.

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En el ruedo de las tempestades

Miro por la ventana y observo el reloj del tiempo, manoseando, a esos seres diminutos que circulan sin ser ellos mismos, in encontrados, descarriados, cruzando calles que no llevan a ninguna parte…ansiosos por dar una razón, un juicio a su subsistencia in albis.

Paseo mi retiro por las arterias de una metrópoli preñada de soledades… con el anhelo espiritual no satisfecho, me siento en el banco de los interrogantes.

Comienzo un nuevo año. ¿Turno de reflexión, cambios, metas…?

Salgo del sepelio…esta noche he velado al mundo, percibo lo poco que conozco socialmente, la postrera temporada y me autodesengaño. ¿Dónde fue la felicidad prometida?

Aquí me tenéis, con unos grados febriles, intentando sobrellevar la tos que se desata cada vez que respiro, me ahogo en ansiedades. ¿Cuántos han pisado el mismo suelo a través de los siglos? Guerreros de oficina tecleando ametralladoras, disparando pos-its, ocho horas de bombardeo en la trinchera. Hoy ya no pienso en revoluciones…la edad me ha vulnerabilizado y acobardado…protege mis datos en temores… debilucho y enfermo, recuerdo poco, pues la memoria se desvanece con los años, y por supuesto por los sueños, sí, hay episodios de mi vida que no sé realmente si fueron vividos por mi o por mis sueños… ¿O quizá por ti?, bien aquí entraríamos en aquello de qué es ciertamente sueño y qué realidad. Lavar lana en el río no fue fantasía…sino labor de infancia, en un pueblo Catalán…perseguido por la dictadura y el fascismo…creo que este boceto, bosquejo que pensé dejar así, ahora resulta algo menos inconcluso …




La vida Sola.

Soledad, una palabra tan sola…arrinconada, triste pero bella. A veces añorada, otras, encontrada…soledad…En muchos momentos traicionada Uno puede fusionarse con la percepción de los elementos más naturales de la existencia. La sensibilización que implica estar a solas con el camino, con el viento, el mar y su oleaje, la arena, las montañas, las rocas, el fuego, las llamas….tu soledad de espíritu se reúne con la propia soledad del mundo salvaje y ahí entrelazas la mágica crianza del silencio bien atendido y una doble esencia de satisfacción en el alma y el corazón entregado al calor de la contemplación.


(c) Kim Bertran Canut

 
 
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