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Infancia de éter y oro
Lapiceros, tizas y gomas de nata…
El olor a plástico de Pancho Villa y Jerónimo…
La madera de los fuertes con soldaditos de plomo, aros y
canicas…
Ansia por aquel gatito, pez, pájaro, perrito, tortuga…
Tebeos cambiados el fin de semana .
en el quiosco de la esquina del barrio…
recuerdos felices de infancias desgraciadas, qué enigma
encierra que habiéndola vivido, la olvidamos y lo único que persiste es la
nostalgia de no conseguir fusionar el hoy con el ayer.
Perdiendo la infancia y rindiéndonos al desespero del
tiempo…
Hemos conquistado la vejez con humana cobardía…no voy a
borrar los grafittis que Anaïs pinta en esta negra silla…trazos
cortos, frescos ¿dulces? La niña necesidad de expresión araña sin que el adulto
entienda y…¡reprimenda!...encerrado por contemplar unos segundos
la verdad, siempre a la misma hora libertad pasea por su celda.
La foto del caballito de cartón y el primer pantalón largo.
Dar comida a los patos del lago y en la plaza a las marginadas palomas.
Nada frunce el ceño con el pesar de no entender, quizá ya
haya muerto el silencio…ya nadie llamará a su puerta, ha rozado el ayer sin
devolver un adiós…el ojo triste fija la mirada buceando recónditas lógicas,
nada, es sensual…dooonnnggg, dooonnnggg, dooonnnggg…campanadas de la nada, nada
espiritual, nada es llanura, jungla, abrupta, lunática, volcánica…mitología…si
es preciso morirá para que vivas tu oportunidad…los ratones duermen y alguien
escupe pasados sin apagar luces…nada es alma, pureza, música de lluvias, nada,
ese olor peculiar tan especial de los recuerdos de la etapa más significativa e
importante de nuestras vidas hacinadas en la lejanía de la niñez, hemisferio
izquierdo, subconsciente y olvidado…regresión quiere hablar pero se entretiene
en agregar las grietas del llanto, que se ha mudado sin equipaje, sin un mal
traje…el reloj de la torre marca el deterioro y alguna ausencia…dooonnnggg,
dooonnnggg, dooonnnggg…paralelo, se asemeja al omnipotente sueño dulce y a
menudo inusual comportamiento inteligible de las ciencias postradas a un
próximo encuentro de tierra, agua, atmósfera…nada se encontraba como tantas
otras veces pensando en el bordillo de la infinitud, sombreada por nubes de
humo perlado y ligada al intenso olor a ceniza agridulce de la fábrica de
café…el sol de invierno teje su aliento sobre la autopista de cinco carriles
desérticos, silenciosos, inútiles en la ensoñación más surrealista. Cuando el
aire cesa de ventear los cánticos de las sirenas del asfalto y la soledad bromea
con las ascuas de brasas perplejas en un vuelo seguro, estirando las alas con
fuerza naturaleza y tenacidad animal…el espacio en su lugar…nada por aquí, nada
por allá, bajo el sombrero… ¡Alehop!, un conejito.
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En el ruedo de las tempestades
Miro
por la ventana y observo el reloj del
tiempo, manoseando, a esos seres diminutos que circulan sin ser ellos mismos,
in encontrados, descarriados, cruzando calles que no llevan a ninguna
parte…ansiosos por dar una razón, un juicio a su subsistencia in albis.
Paseo
mi retiro por las arterias de una
metrópoli preñada de soledades… con el anhelo espiritual no satisfecho, me
siento en el banco de los interrogantes.
Comienzo
un nuevo año. ¿Turno de reflexión,
cambios, metas…?
Salgo
del sepelio…esta noche he velado al mundo,
percibo lo poco que conozco socialmente, la postrera temporada y me
autodesengaño. ¿Dónde fue la felicidad prometida?
Aquí me
tenéis, con unos grados febriles, intentando sobrellevar la tos que se desata
cada vez que respiro, me ahogo en ansiedades. ¿Cuántos han pisado el mismo
suelo a través de los siglos? Guerreros de oficina tecleando ametralladoras,
disparando pos-its, ocho horas de bombardeo en la trinchera. Hoy ya no
pienso en revoluciones…la edad me ha vulnerabilizado y acobardado…protege
mis datos en temores… debilucho y enfermo, recuerdo poco, pues la memoria se
desvanece con los años, y por supuesto por los sueños, sí, hay episodios de mi
vida que no sé realmente si fueron vividos por mi o por mis sueños… ¿O quizá por
ti?, bien aquí entraríamos en aquello de qué es ciertamente sueño y qué
realidad. Lavar lana en el río no fue fantasía…sino labor de infancia, en un
pueblo Catalán…perseguido por la dictadura y el fascismo…creo que este boceto,
bosquejo que pensé dejar así, ahora resulta algo menos inconcluso …
La vida Sola.
Soledad,
una palabra tan sola…arrinconada, triste pero bella. A veces añorada, otras,
encontrada…soledad…En muchos momentos traicionada Uno puede fusionarse con la
percepción de los elementos más naturales de la existencia. La sensibilización
que implica estar a solas con el camino, con el viento, el mar y su oleaje, la
arena, las montañas, las rocas, el fuego, las llamas….tu soledad de espíritu se
reúne con la propia soledad del mundo salvaje y ahí entrelazas la mágica
crianza del silencio bien atendido y una doble esencia de satisfacción en el
alma y el corazón entregado al calor de la contemplación.
(c)
Kim Bertran Canut
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