¿Cómo o por qué te acercaste a la literatura?
La madre de mi padre era maestra rural, así que nací y me crié en una casa con libros.
Mis padres siempre fueron muy lectores y mi padre bastante intelectual.
Acercarme a la literatura fue algo natural. Primero mi padre, también
mi madre, mi abuela materna también, mi tía abuela, me leían o me
narraban cuentos, y cuando aprendí a leer lo hacía yo. Tuve la suerte
de que mi padre leyera El Quijote o las obras de Kafka después de comer
y a veces me leía párrafos de esas obras, sobre todo de El Quijote. En la mesa, durante la comida, no se podía hablar de dinero, por ejemplo y sí de libros, ése era el tema de conversación preferido. Mi madre que tiene mucha cultura musical también aportaba lo suyo, hablaba de los libros que le gustaban.
Y después, bueno, a los siete años se me ocurrió que quería escribir, y no sabía cómo, pero ya escribía poemas en la escuela, algo que llamaba la atención de la maestra y decidí entonces que escribiría libros.
Sin
embargo en mi casa no tenían ningún interés en que me dedicara ni al
arte ni a las letras y me impulsaron a que estudiara una carrera
universitaria, preferían que tuviera una profesión liberal. Elegí
Sistemas y me gradué en esa carrera porque era una carrera nueva, podía egresar más rápido de la universidad, y me incorporé enseguida al mundo laboral. Me conseguí un
trabajo en un banco, yo sola y ahí trabajé durante varios años. Pero
nunca dejé de leer por mi cuenta y después sí, fui a un taller a
aprender a pintar con un maestro. Con la llegada de la democracia
empecé a frecuentar talleres literarios, principalmente el de Mirta
Arlt, quien es profesora de literatura inglesa e investigadora de
teatro.
¿Qué te gusta leer?
Leo
de todo. De chica leía novelas policiales, por ejemplo. Leía novelas
policiales en mi casa, yo tomaba los libros y leía por ejemplo, cuentos
misteriosos que finalmente se resolvían, eso me encantaba. Me los llevaba a mi cuarto y los leía sola, estaba todo el tiempo pendiente del suspenso, absorta en el misterio de un libro,
eso me encantaba. Y, también otros cuentos, a mí me gusta mucho el
género del cuento y la novela también, la novela latinoamericana, los
autores del boom latinoamericano, Vargas Llosa, García Márquez me
gustaban mucho, bueno, me siguen gustando sus novelas, sobre todo las
primeras. .Me puse de novia muy joven y mi novio, el que es actualmente
mi marido me regalaba muchos libros de literatura latinoamericana.
Después, leía sola a Roberto Arlt. Yo fui alumna de Mirta Arlt, durante cinco años. Como ella es profesora de literatura inglesa analicé e investigué el
género policial en el taller literario que ella coordinaba y leí a
varios escritores y escritoras de novelas policiales. Me gusta mucho el
género policial norteamericano, la novela negra. .Y después, bueno,
Borges también, me gustan mucho sus cuentos, las teorías que tiene, las
sigo mucho. Esos serían mis preferidos, siempre Arlt, , Borges,
Cortázar y también algo de Puig entre los argentinos.
¿Qué visión tienes de la literatura argentina actual?
Creo que en el estado actual de la literatura argentina ha incidido e incide mucho
el tema de los concursos literarios, los que son por dinero. Hay
novelas que ganan concursos con sumas importantes y aparecen como la
gran obra y no son la gran obra. Son premios que otorgan al ganador
mucho marketing y de esto hablamos en una mesa redonda en la última
Feria del libro de Buenos Aires con Josefina Delgado y María Cristina
da Fonseca, después se publicó una nota sobre el tema en la revista
Archivos del Sur y en otra revista. Si querés que te digo qué me interesa leer de literatura argentina sigo leyendo a Cortázar a Borges y a Arlt, porque me da placer intelectual leerlos. Por
ahí sí, alguna novela, cuentos de otros autores, no te puedo precisar
en este momento. Lamentablemente se valora mucho el marketing. Creo que
Alan Pauls es un buen escritor y también César Aira, te puedo hablar bien de la literatura de los dos.
¿Qué influencias reconoces en tu escritura?
Borges, por supuesto, está en la novela policial (Pájaros debajo de la piel y cerveza), en la trama, inconscientemente se hace presente sobre todo al final. Y Arlt también. Arlt era periodista y escritor, todos los días tenía que hacer un artículo para el diario, escribía en Crítica, en El Mundo
y el oficio de periodista le dio mucho al escritor. Esas son las
influencias que rescato. Y Cortázar por la actitud lúdica de su
literatura y también surrealista.
¿Y mujeres? ¿No las lees, no te han influido?
Las inglesas, las escritoras norteamericanas sureñas sí, las leo.
¿Pero no reconoces influencia en ellas?
Sí, de Flannery O’Connor y de Carson Mc Cullers, porque me gusta mucho el humor negro que tienen.
Claro, en Pájaros debajo de la piel y cerveza se nota
Sí, ahí se nota mucho, creo. También me gusta leer a Patricia Highsmith, también de ella reconozco alguna influencia.
Y escritoras argentinas del género detectivesco, ¿las lees?, o mejor dicho, ¿hay algunas que te gusten?
Bueno,
algunas cosas de Angélica Gorodischer... De María Angélica Bosco,
también he leido aunque no reconozco influencias de ninguna de ellas. De Luisa Valenzuela me gusta su libro El gato eficaz.
Centrándonos en narrativa detectivesca, específicamente, ¿qué autores o qué obras te gustan?
Me
olvidaba decirte, hay una norteamericana, Sue Grafton, que me parece
muy interesante. Ella ha publicado una serie de novelas policiales
donde los títulos se clasifican por el
abecedario. Bueno, ella me parece una autora de novelas policiales que
escribe muy bien, da gusto leerla.. No digo que me haya influenciado
porque yo empecé a escribir policial antes de leerla a ella. Yo creo
que más me influenció Raymond Chandler. Yo escribí mucho cuento,
durante muchos años, y una vez que leí El largo adiós de
Raymond Chandler, ahí se me presentó la estructura de la novela y dije ahora ya sé cómo escribir un policial. Truman Capote también me gusta
mucho, A sangre fría, esa es una buena novela, realista. Los siete locos de Roberto Arlt, que lo habrá escrito en el treinta, es un policial
y es una gran novela, pero creo es poco conocida en el exterior, salvo
por algunas universidades, no sé actualmente si el público lee a
Roberto Arlt afuera, lástima si no lo hacen porque se lo pierden. Me
gusta un cuento policial de Hemingway, que se llaman Los asesinos,
bastante bueno. Te citaría también a Antonio Tabucci, su novela
Sostiene Pereira me parece magistral y también a Paul Auster, dos
autores por los que siento una especie de fanatismo.
Bueno, con todo lo que has dicho podría concluir que la variable de lo policial que más te gusta es el género negro
Sí, el género negro. Me gusta porque se pinta bien lo que es la sociedad, como telón de fondo de una trama novelesca. Igual los cuentos de policial clásico, me gustan mucho los
cuentos de Chesterton, por ejemplo. Igual que los cuentos de Borges del
género también, por supuesto. Una escritora que no te nombré y me gusta
leer es Silvina Ocampo. Antes estaba mal visto
decir que uno leía a Silvina Ocampo, era política o socialmente
incorrecto decir que una la leía, porque ella
provenía de una familia acomodada. Yo la seguía de chica, siempre me
gustó, no es un esnobismo mi gusto por ella, como hay ahora, que mucha
gente la descubrió, después de diez años de muerta. Es una gran
escritora, una de las mejores que tenemos. Soy una lectora sin
prejuicios.
Te agrego dos escritoras argentinas que quiero destacar, si bien estéticamente creo que lo que yo escribo no tiene que ver con la obra de ellas , pero por su trayectoria y la cantidad de libros que han publicado han merecido un lugar importante: son María Esther de Miguel de quien fui amiga y murió
en 2003 y Martha Mercader, autora de la novela histórica Juanamanuela
mucha mujer entre muchos otros libros. Creo que para las escritoras
más jóvenes han sido unas pioneras.
¿Cómo clasificarías Pájaros debajo de la piel y cerveza? ¿Te atreverías a decir que es una novela negra?
Yo
diría que es un policial clásico, pero tiene cosas de género negro, es
una mezcla. No es algo rotundo, no es un policial clásico ni es tan
dura como para ser negra. La clasificaría como una novela de suspenso.
¿Y la novela que estás revisando ahora va en la misma línea?
Sí, va en la misma línea
¿Cómo influye el entorno social en tu obra?
Bueno, me gusta justamente la novela policial para mostrar la sociedad, para decir si un personaje va a tal parte, poder describir cómo es ese ambiente, otro tipo de estructuras no lo permite o no lo permite tan bien.
¿Estás diciendo
que usas el género policial deliberadamente para poder mostrar, desde
un punto de vista determinado, tu visión de la sociedad?
No,
tiene que ir acompañado, no puede ser un policial negro o con
características del género negro sólo para mostrar el entorno social. Sobre
el policial, no puedo darte una receta, pero hay ciertas
características que hay que respetar. Entonces, además del tema que,
cuando vayan ocurriendo cosas, si es género negro al detective le van
sucediendo cosas, al detective le puede pasar cualquier cosa, puede
estar expuesto al peligro, y también solucionar problemas y misterios por deducción, y eso va surgiendo entre los conflictos de la sociedad que están ahí, en la novela.
¿Cuál es, entonces, esa “sociedad” que está por detrás de Pájaros?
Esa
sociedad que está de telón de fondo, es donde van los personajes, donde
están los personajes, es Alemania, es un pueblo de Alemania.
¿Qué es lo que criticas de algunos argentinos, porque hay personajes argentinos?
Yo diría
que lo que critico es la chantada, ser chanta. El detective tiene cosas
de ser un “chanta”, acá le decimos chanta al que hace las cosas más o
menos, al mediocre, al que no le importa si en definitiva las cosas le
salen bien. El detective es argentino y es chanta, es un detective
chanta. Es un tipo que está en una oficina, en la Avenida de Mayo, que
tiene casos más o menos, sin importancia, es un tipo que estuvo preso
por ser acusado de matar a una mujer. Una serie de características que
podría tener un detective real pero éste es inventado, totalmente inventado.
...un detective real en Argentina
Sí, en Argentina.
¿Por qué elegiste Alemania como escenario para tu novela?
Porque estuve en Alemania, en un lugar muy parecido al de la novela, años antes de escribirla.
Fui
en 1987, antes de la caída del Muro. Acompañaba a mi marido en un viaje
de negocios y fui con mi hijito que tendría un año. Mientras estaba
allá tenía mucho tiempo para recorrer la ciudad y también recorrimos
algunos pueblos del norte de Alemania, conocí mujeres, ancianas, por
ejemplo, que me paraban por la calle mientras yo paseaba con mi hijo de
la mano y me contaban historias de la guerra, me
mostraban los bunkers, todo eso era muy fuerte para mí. Y también allá,
en Hamburgo me compré una máquina de escribir portátil y me la traje en
el avión pensando en la novela que iba a escribir para volcar esa
experiencia. Tenía que exorcizarla.
Me llama la
atención la relación de dependencia que se da entre los personajes,
pero es como una dependencia en ausencia. Como Ludwig, depende siempre
de la mirada de Mónica cuando ella no está, Mónica de su tía Elisa.
¿Qué me puedes decir de eso?
No sé, se dio así, no te puedo decir por qué. Mónica y Ludwig, el detective, están separados, pero ella aparece ahí, en el pueblo y lo sigue, y él a su vez siempre está pensando siempre en
la mirada de Mónica. Están separados, pero en realidad nunca pueden
desprenderse el uno del otro. Y la prueba está en que él después sigue
con ella.
Con respecto a
Mónica, ella es muy reprimida, está muy reprimida entre lo que piensa y
lo que dice, por lo menos esa impresión me da a mí.
Sí, puede ser, es una visión. Bueno, hay mucha gente que es así. No puedo contestarte a eso, porque no lo pensé.
A qué se debe esa cadena de dependencia
Bueno,
no lo planifiqué a propósito. Cuando uno se sienta a escribir surgen
cosas que no analizás pero están ahí, y no podés entenderlas cuando las
estás escribiendo. El escritor, o si querés la escritora, en mi caso
escribe para poder traducirse, entenderse, no es fácil. En la
literatura como en la pintura, dos artes que practico, interviene el
inconsciente y ahí está lo difícil, si supiera qué voy a escribir de
antemano, cómo se van a comportar los personajes creo que no
escribiría.
Los personajes
mujeres, también me interesaron mucho. Está Ursula, que es prostituta,
la señora Engels que es una señora carente de todo...
La señora Engels vive del recuerdo.
Del recuerdo y de las vidas ajenas, porque prácticamente no tiene vida
No,
porque desde que se fue el marido su vida es eso, estar encerrada,
cocinar, ir a la iglesia y chismear. Hay muchos personajes así, en
Alemania y en Argentina y supongo que en otros lugares del mundo
también.
También la señora Brooke, amargada, y Mónica, que a mí me parece muy reprimida. No veo figuras femeninas positivas en tu novela. ¿Cuál es tu posición feminista o frente a lo femenino?
Yo
creo que la mujer, en esta época, y hace ya bastante puede ocupar el
lugar a la par del hombre, y mucho más todavía, ha ido ganando
posiciones.
Entonces, ¿por qué estos personajes tan negativos o por lo menos infelices?.
Pero vos pensá que quién escribe la novela es Mónica. .
¿Y por qué no hay mujeres felices?
Lili
la pintora creo que sí, que es feliz. Yo creo que hay personajes así,
en todas partes, los encontramos. No te digo que no son exagerados. Con
el humor negro y la ironía una exagera, pero algunas características de
estos personajes las he tomado de la realidad.
A propósito de esto, ¿Qué piensas del ser mujer en Argentina hoy?
Creo que las mujeres podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos, no siempre nos van a dejar, porque es una sociedad todavía machista creo, la de Argentina y el machismo existe en toda
Latinoamérica, no creo que haya un país latinoamericano de donde se
haya erradicado completamente el machismo, por desgracia.. Pero hay
mujeres que sí, que ocupan lugares importantes, y lo veo muy bien, me
parece fantástico que cada vez las mujeres podamos tener acceso a posiciones importantes, que si las mujeres quieren estudiar puedan hacerlo, y si queremos pilotear un avión y ser piloto profesional también se pueda hacer o ser astronauta o física, por dar ejemplos. El
problema es de toda la sociedad. Mientras la sociedad no se feminice,
mientras los varones no se feminicen, las mujeres seguirán con
sobrecarga. Porque las mujeres se ocupan de los chicos, del trabajo y
el estudio, y el varón en la mayoría de los casos sigue ocupándose de
lo mismo que se ocupaba antes. Mientras vayamos avanzando socialmente,
la mujer irá mejorando su posición. Creo que no hay ninguna diferencia,
ni tiene que haberla, entre lo que puede elegir una mujer y lo que
puede elegir un varón.
Y sobre esas
diferencias. Por qué crees que las mujeres escritoras se sienten tan
poco atraídas, en cantidad, por el género detectivesco.
Bueno, yo creo que puede ser por gusto. No sé, no podría darte una explicación.
Hay estudiosas
que dicen que con el surgimiento del feminismo las mujeres vieron en el
género detectivesco la manera de dar vuelta, invertir, sus bases
masculinas, para usarlas en contra de estas bases. Y si tomamos esto
como cierto, por qué las mujeres en Latinoamérica no usan tanto el
género, teniendo este potencial de estrategia feminista.
Bueno,
a mí me han dicho que mi novela es muy dura, algunos lectores me han
dicho que no habían leído antes a una escritora tan dura, que yo
trataba a los personajes masculinos como estúpidos. Me han dicho,
también, “vos tenés un machismo feminista, porque denigrás a los
personajes masculinos” y en realidad es una
visión burlona, irónica. Creo que a todos los personajes los trato con
ternura, se puede poner ironía y ternura, como también he utilizado el
erotismo, sino la novela hubiera sido aburrida. Bueno, no fue mi intención consciente escribir esos personajes masculinos así, pero salió. Si tuviera que darte una explicación puede ser algo de lo que vos decís en tu pregunta.
¿Qué es lo que más te costó en esta novela?
La reescritura, porque tiene varias reescrituras. En fin, la corrección.
.
¿Cuál es tu método de escritura?
No
tengo horarios, como tengo chicos adolescentes que están en casa, el
barullo prosigue. Antes escribía de noche, cuando mis hijos eran bebés, pero ahora no tengo horario fijo. Se me ocurre un cuento, un artículo, y lo escribo.
¿Cortaste mucho la novela Pájaros?
Sí, corregí bastante cada capítulo, saqué muchas palabras, escenas que estaban de más.
¿Te gustó tu novela?
Sí, escribí una novela que me gustaba leer. Yo escribo lo que me gusta leer, lo que me entretiene.
¿Y por eso mismo elegiste el género detectivesco?
Sí, me entretiene, leo por placer y escribo literatura por placer también.
¿La empezaste pensando que sería detectivesca?
Sí. Eso fue intencional. Es una falta de respeto al lector que un libro no sea entretenido. Por lo menos el policial siempre es entretenido.
¿Puedes hablarme un poco de tu próxima novela, Extraños en la noche de Iemanjá?
Por ahora el título es ése. Transcurre en una playa, en lugar de un pueblo, es una playa. No digo nunca el país donde están. El ambiente es bastante distinto. El detective es el mismo, por ahora.
¿Por qué ese placer por los espacios cerrados, pequeños?
Porque
hasta ahora no se me ha presentado la imagen de otra cosa.. Y creo que
situarlo en un lugar más chico me permite componer mejor un mundo. Hay
una frase que dice “pueblo chico, infierno grande” y creo que una
novela donde hay un infierno es más interesante. Por eso creo que puede ser más entretenido escribir y leer sobre un mundo cerrado donde pasen cosas.
© Daniela Aspeé Venegas- Todos los derechos reservados.
Sobre la autora:
Daniela Aspeé Venegas nació en Chile en 1980.
Es Licenciada en
Letras con mención en Lingüística y Literatura hispánicas, Título
recibido el año 2002. Pontificia Universidad Católica de Chile.
Está haciendo sus estudios de posgrado: Doctorado en Literatura. En curso. Pontificia Universidad Católica de Chile.
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