Ya van a ser cinco años sin tenerte.
En este tiempo mi corazón se ha vuelto un poco hipócrita.
Es que fui teniendo inalcanzables fantasías en tantas soledades…
Que si ahora las llorara se despertaría el mundo.
En todo ese tiempo llenado de suplicas y rezos,
Nada gané en pedirle a Dios tu vuelta.
Sólo la repetida decepción de las mañanas sin tu cuerpo.
Ya van a hacer cinco años sin tenerte.
En ese tiempo aprendí a cortar mis pensamientos en mitades….
Porque tu fantasma aún los mata como una guillotina.
Así fui sintiendo cada vez más grande mi fracaso.
Ya han pasado cinco años sin tenerte.
En ese tiempo mi corazón se ha hecho un poco hipócrita.
Y aprendí que tu ausencia exagera los relatos de la angustia.
.
Ay, mi corazón!...
Te maldigo cuando mi dolor no se queda en el papel,
Y las promesas, teorías y leyendas, resultan una mentira.
Ya van a hacer cinco años de desearte.
En este tiempo mi corazón se ha vuelto un poco hipócrita.
Y ningún escrito rompe con este sentimiento.
Que pareciera un poderoso arrecife aguardando las olas del olvido.
Ya van a cumplirse cinco años sin tenerte.
Y poco a poco entiendo que mi vida serán muchos mañanas
Esperando el milagro que me traiga tu noticia.
Algunas mañanas, algunas tardes, algunas noches….
Podré dedicarte algunos versos, algunas prosas.
Y tu presencia se irá temporalmente,
Para regresar en un momento inesperado.
Igual que la noche se lleva la luz de los trigales,
Y al alba regresa sin sorpresas.
Ya van a celebrarse cinco años sin tenerte,
En tanto tiempo mi corazón se ha vuelto un poco hipócrita.
Y celebro día a día la lenta ceremonia del olvido.
Ya van a ser cinco años sin tenerte.
En ese tiempo surqué muchos dolores.
Me pregunto cuantos hombres habrán pasado por el sexo de tu mente,
Mientras yo no hacia otra cosa que esperarte.
La fantasía de una vida juntos fue la ingenua sombra
que me acompañó
A todos los pueblos y ciudades.
Ya han pasado cinco años sin tenerte,
Y todavía no puedo evitar seguir deseando que mi lejanía te lastime.
Ya han pasado cinco años sin tenerte.
En todo ese tiempo mi corazón se ha vuelto un poco hipócrita.
En aquel tiempo de infinitos anhelos de tu sexo nada tenía ningún brillo,
Incluso las estrellas se perdieron de mi vida.
Ya van a hacer cinco años sin tu cuerpo.
Ahora que te escribo finjo sonrisas y fortalezas a mi vida.
Pero mi única relación con las vigilias es el reproche de todo lo que no hice por orgullo.
Ya han pasado al menos cinco años sin tenerte.
Durante toda esa época mi corazón se ha vuelto un poco hipócrita.
Sólo en la escritura se despierta alguna honestidad dormida.
Y la esperanza llenada con el temor de que algún día me leyeras,
Exige a la pluma guiada por mi mano prolijidad, alguna métrica, alguna prosa…
Y ausencia de mentiras.
15 de Agosto
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A cierta edad nos atrapa la idea de la muerte.
Pero más allá de mis literaturas
He considerado seriamente dejar esta vida
sólo dos o tres veces.
Luego, sólo pensé en la muerte para mantenerme inspirado.
Cuando uno ve con sabiduría,
Ha notado que el deseo de la muerte,
Se presenta porque le vamos perdiendo respeto a la vida.
Es curioso como resulta el destino cuando uno
tiene sus propios planes. Las cosas que perseguí se escaparon
y me siguieron las que dejé.
Lo que no quise amar lo amo y odio aquello que amé.
Y lo peor es que no me considero un traidor.
Sólo aprendí a ver virtudes en eso que uno llama desgracias. Cuando estudiaba odiaba las lecturas y amaba el aire libre.
Ahora me llaman los libros,
aunque no detesto del todo las casa con jardines.
En realidad quisiera levantarme y dar pan a los gorriones... ¿Pero sabes?
No reniego de la vida ni me considero un traidor ni un elegido.
Sólo espero de ahora en más ser un aliado de la suerte.
Si quisiera con la misma pasión aquello que Dios hoy me niega...
¿Qué valor tiene haber sufrido tanto si todavía
mi orgullo se sigue resistiendo a mantener su
vida?
Y así, sin más… Ir por los caminos de la vida
Y únicamente en mis literaturas…
Darme permiso para tratar la muerte.
Degüello 23 de Marzo
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Generalmente, los hombres se oponen a la idea del apego a la fantasía (Sueños). Dicen que es una pérdida de tiempo, que es uno el que debe actuar para que las cosas no se le escapen de las manos. Hay que ver lo que pasa cuando uno se empeña en planificar demasiado. Como decía alguien: Confiar en los planes es un vicio. Algunas cosas no dependen de nosotros. Es una pena que así sea pero es cierto.
Cuando somos chicos nos dormimos pensando en la próxima mañana, en el próximo encuentro con nuestros seres queridos, en nuestro próximo día de primaria. Al menos yo hacía eso.
Mis momentos de gloria hasta los diecisiete años, era siempre irme a la cama unas horas antes que todos. Y aunque me acostara después que la familia terminaba la cena, pasaban horas hasta que me dormía. Me llevaba su tiempo entrar a la tierra de los sueños. Por eso había inventado una estrategia que me daba muchos resultados para dormirme y beneficios cuando me despertaba. Tal vez es cosa mía… pero hoy me parece que algunos corazones no pueden ser felices sin imaginar que se cumplen sus deseos. En mis fantasías planificaba, a veces me perdonaba y perdonaba a los otros, a veces discutía la verdad, y a veces pensaba en futuros diálogos con mis amores todavía inexistentes. También le contaba a la oscuridad las cosas que me habían sucedido durante el día, mis broncas y mis triunfos… Aquéllos eran mis primeros libros que jamás se publicarían. Relataba mis temores, mis conquistas… también mis pesadillas.
También muy seguido me pasaba que soñaba con las fantasías que tenía antes de dormir. Ahora que recuerdo todo eso, siento mucha envidia de mi personalidad pasada. ¿Dónde se quedó aquel chico que gustaba de la ingenuidad?
Pero lo sorprendente es cómo despertaba a la mañana siguiente. Las horas que precedían a mis almuerzos tenían total ausencia de preocupaciones. Desde que me levantaba hasta que volvía al sueño de la noche, todo era una maravilla. ¡Cuánta alegría había en mis días de secundaria y cuanta belleza me rodeaba la vida! Y milagrosamente, para sorpresa también mía, los diálogos que había planificado se repetían durante el día. De vez en cuando me cruzo con alguien que ya conozco, y entiendo que se queda a esperar una respuesta que él ya tenia planeada. Ahí es cuando recuerdo a ese niño que había sido, y me admira que todavía haya gente que mantiene su fe en las fantasías de la noche anterior. Entonces pienso: Estoy ante una persona que igual a mí todavía cree en el Mundo de la Imaginación.
El amor que perdí era una de esas ellas. Tal vez si yo le hubiera prestado más atención a mis sueños... Pero ahora se me hace que ya es demasiado tarde.
Tal vez aferrarme demasiado a ese viejo hábito de planificar tantos diálogos es lo que desemboco en mi locura. Todavía hoy muchos años después sigo intentando planificar las conversaciones que voy a tener al otro día (pero esto sólo cuando me enamoro o siento mucho cariño por alguien). Y a veces me da resultado.
Hace un tiempo pensaba que la vida es el Eco de los Pensamientos. Y tal vez así sea, solamente que dejé de esperar que mis imaginaciones se hagan realidad inmediatamente. Esto no es por que no lo desee, sino que quiero ser justo por mis demoras. Cuando existe el deseo, nos persigue y nos enferma el ansia de verlo realizado. Sólo la fantasía tiene la virtud de liberarnos de ese peso… y nos aproxima al olvido. Entonces nos sentimos sin culpa para emprender otros caminos que nos conduzcan a nuevos trigales.
Se trata de la relación entre la suerte y nuestra capacidad de soñar.
Hoy, que vuelvo a la calle muchos años después y la vida y las personas no dejan de sorprenderme, me paro a comparar la suerte de los quince años con mi realidad de los veintinueve. Y me pregunto por qué si ahora que tengo más experiencia y conocimientos, me sentía mucho mejor catorce años atrás. Si yo con mis diecisiete podía lograr lo que buscaba… ¿Por qué ahora que soy (muchos dicen) mas sabio, me siento tan alejado de mis sueños? ¿Que ha cambiado tanto en mí?
Siempre escuche desde muy chico la misma frase: “La única verdad es la realidad”. Viniendo de personas muy respetadas, uno nunca se anima a cuestionar verdades tan obvias. Pero yo creo que el mundo de los hombres, es un mundo real que con pigmentos de un Mundo Mágico. ¿Cómo se puede explicar esta interpretación? La verdad, es que no puedo. Sólo comprobando que hay una conexión entre la suerte y nuestros sueños, uno empieza a mirar las cosas desde otro sitio. Como dije antes, hay algunos milagros que cuestionan todos nuestros conceptos heredados.
En cuanto a tu pregunta, ahora que mi orgullo dejó de obligarme a triunfar, para ser franco no sé que decirte. Me gustaría darte alguna fórmula, algún conjuro, que orqueste las experiencias de tu vida en una seguidilla de senderos coronados por el amor. Pero lamentablemente dejé de creer que existan hechizos por arriba o debajo de la Coincidencia.
Para mí la fantasía es ahora un arma que me quita los miedos, me enseña lo que realmente quiero, y desarrolla lo último que le queda a mi capacidad de pensar e imaginar.
Y aunque ya no crea que la vida sea el Eco de los Pensamientos todavía me sucede (no tanto como yo lo desearía), que alguna de mis imaginaciones de la noche anterior, se concretan a la mañana siguiente. Unos años atrás, la casualidad y mis deseos se cruzaron en una avenida. Tal como yo los había imaginado.
En momentos como aquél uno sabe que Dios acecha nuestros pensamientos. Y nos concede justo cuando lo habíamos dejado de esperar. Y el deseo con la fantasía se adormece. Lo raro del poder que tiene la fantasía, esta en su inexpresabilidad. Todavía no encontré escritura ni teoría que me diga como desarrollar el poder de las imaginaciones. Se me ocurre que talvez El Nazareno haya sido el primer hombre en descubrir aquello que debido a su simplicidad pasa desapercibido.
Creo muchas cosas respecto a lo que me preguntas, y se me hace difícil contártelas todas. Pero una sola se me ocurre como respuesta, que seguramente no sea la que vos estás esperando. Es que en el amor todo es tan confuso.
Creo que la fantasía nos prepara para la casualidad que estamos esperando. Además, la fantasía es el idioma que escucha Dios. Y es nuestra forma de pedirle. Muchos años llenados de soledades me demostraron esto. Me pregunto qué hubiera sucedido si la noche anterior a nuestra última mirada yo hubiese imaginado aquel encuentro. Seguramente le hubiese hablado sin temblores. Y la historia habría sido otra. Pero no podría hablarte de lo aprendido.
Ahora, después de muchos kilómetros más lejos de su casa, creo que sólo se puede evitar la pena cuando todavía está en veremos. Y una forma, es la fantasía.
Cuando vine a España todavía era difícil que compartiera mis soledades con ella. Pero la necesidad de que mis noches encuentren paz con su recuerdo, me fue enseñando a ser indulgente con las urgencias de mi espíritu.
“¿Tu crees que alguien que en tanto tiempo no haya aparecido algún día regrese?”. Muchas lógicas y realidades me han ido enseñando que a través de la fantasía existe una oportunidad. Dos cosas hermosas tiene la fantasía: Puede ser escuchada… y si no nos es concedida por Aquello que es Casual y no Casual, nos da la libertad de seguir adelante con nuestra vida, yendo y viniendo por aquellos caminos que en verdad tienen corazón… Y nos conducen a nosotros mismos.
Degüello 25 de Agosto
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Mientras dura La herida del Amor uno suele creer que los días ya no esconden ninguna esperanza. No importa cuánto se haya vivido ni cuántos casos pudieran existir sobre la Tierra: El último desamor siempre será un dolor para el cual no estábamos preparados. De todos los espejos nos llevamos alguna crítica; y a cada escrito le inventamos razones para desprestigiarlo. Y nuestra cama se convierte en un sitio sagrado para compartir diariamente horas y horas con nuestra indignación. Entonces casi sin darnos cuenta miramos para atrás, y ya hayan pasado casi 5 años.
Lo más extraño de todo es que cuando nos decidimos a olvidar, esa Intención se ocupa de ordenar la vida de tal forma que encontremos las oportunidades necesarias para la ansiada purificación. Las casualidades se orquestan misteriosamente y nos muestran la primer señal de un camino a seguir. Como una escalera de casualidades, vamos escalando hacia la esperanza a medida que aprovechamos esos Envíos. Son oportunidades, pero aún como unos tontos desconfiamos de la buena suerte, pues pensamos quizás que no la merecemos. Cuando estas sincronicidades (como las llamaba Jung o Deppak Chopra) Empezaron a asomarse tímidamente otra vez, comprendí que en mi vida se había fecundado una nueva etapa.
Como todos los seres humanos yo busco el amor. Sólo creo que el amor es algo así como una recompensa divina por haber permanecido en el lugar que Él nos encomendó. Pero la lógica me cuestiona. ¿Cómo sé que el lugar donde estoy es el que Dios ha reservado para mí, y así poder aguardar tranquilamente su recompensa?
Sucede que cuando sufrimos de tanto extrañar, uno "sale de casa" y se olvida abiertas las puertas de par en par, pensando que va a demorar un instante en volver. Pero ese instante pueden ser muchos años, nadie sospecha lo que tarda en cicatrizarse. A veces tardamos mucho en curar la culpa. Algunos tienen más suerte, y no necesitan estar seguros.
Yo siempre espere una señal para animarme a volver. Ahora salteo los porqués. Pues con el ejemplo la imaginación sobreentiende. Lo importante para mí está en describirte la esperanza que regresa cuando la Sincronicidad se manifiesta.
No hace mucho releí lo que unos meses antes había publicado sobre el Color del Trigo. Los escritos de aquellos días estaban ordenados por fechas, pero a la inversa del tiempo. Los momentos que relaté primero se veían al final de la historia, exactamente al revés de cómo se leen ahora.
Todavía esta historia no se había mostrado a los que quisieran conocerla. Entonces comparé mis sentimientos entre el primer y el último escrito. Y me di cuenta de lo mucho que había cambiado. Recordé con cuarto dolor yo había escrito mis “Mis demoras”, y cuanto alivio sentí al terminar el último de mis relatos. Para seguir adelante no sólo es necesario que el tiempo pase, debemos, poco a poco, enfrentarnos con cada recuerdo que nos lastima. Y aprender lo que la Individualidad quería que descubriéramos.
Entonces fue que un repentino sueño (¡después de tantos años, al fin uno!)… me permitió recordar la magia que tiene la fantasía. En un instante, soñé que estos escritos se publicaban, y que sus lectores (¡al menos uno!) lloraba de ternura con el final. Igual que doce años atrás yo había llorado cuando leí por primera vez… El principito. Me permití desear lágrimas de emoción en los posibles lectores, igual que yo he llorado con el final de las películas más maravillosas que vi en mi vida. A la noche siguiente abrí una carta que dejé cerrada desde la mañana. Estaba escrita en tinta negra y como en verso, y cada línea creaba un suspenso de fábulas griegas.
Ayer he leído tu historia.
Y me imaginé que todo aquello era verdad.
Pensé que cada cosa escrita fue de verdad
Un aprendizaje de tu vida.
Debo confesarte
Que a medida que leía un sentimiento distinto iba creciendo.
Lo contenía por parecerme ridículo.
Entonces, al llegar al final…
Lloré.
Sonia
Esas son sincronicidades, las señales que nos indican que otra vez estamos volviendo a casa. Entonces uno afronta el futuro con otra mirada, quiere decir que la herida del amor va sanando. Y aunque jamás podré olvidarme de ella, ahora que amo su recuerdo y esta marca me la recordará para siempre, con el corazón mirando al este emprendo un nuevo camino con la ilusión de encontrar aquello que tal vez persigo antes de nacer.
(c) Nicolás López Dallara
Sobre el autor: de origen argentino, Nicolás López Dallara nació en 1977 y vive actualmente en Salamanca, España.
Ha publicado en diversas revistas:
Revista Voces, Númeno de Marzo 2007: Poemas : Cinco Caracteres – La mar en calma - Relatos : Un hombre con sentimientos puros - Semifinalista del Concurso poético Amarga Hiel: En cada letra te desnudas (Publicación en este próximo septiembre) - Revista cultural Baraka, Salamanca : Una mirada a la ciudad tormesina a través de mis Epistolarios
Revistas Virtuales:
Revista Pastizal Nº 7: Introducción a Color del Trigo, Murallones - Poesía de Ayer y Hoy: Mis sueños realidades , El Otro Oeste, Gestaciones.
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