(Buenos Aires) Araceli Otamendi
Un elefante camina en un pantalla, a los pocos segundos se ve la imagen del animal en el piso, ¿está muerto? se pregunta el espectador. Klaus Biesenbach, curador de la muestra de Douglas Gordon en el Malba "Timeline- Línea de Tiempo", Chief Curator, Department of Media, at MoMA y Chief Curatorial Advisor at PS1, Contemporary Art Center, New York, explica a los que estamos presentes en la inauguración de la muestra: "es la proyección a gran escala de un elefante en Play Dead; Real Time (Tiempo real), con un protagonista cuyas acciones son el resultado de una fuerza exterior, en este caso el elefante obedece las órdenes de Gordon. El curador explica: La obra está basada en un hecho real: en 1903, un elefante que había matado a tres personas fue electrocutado en Coney Island (NY) y el procedimiento fue filmado por la Edison Manufacturing Company. La película - de un minuto de duración - se convirtió en una maravilla itinerante, reproduciendo el espectáculo en tamaño real y en su velocidad original. Para filmar Play Dead, se consiguió que un elefante de circo fuera trasladado a la galería Gagosian de Nueva York donde lo filmó minetras obedecía sus instrucciones, incluyendo la del título.

En otra sala, en la obra B-Movie - Película Clase B - en una pantalla mínima, se ve a un insecto, una mosca acostada boca arriba sin poder levantarse. "La existencia de estos seres, el elefante y la mosca", reflexiona Biesenbach, "es sólo una metáfora de la vida y la muerte, la alegoría de la vanidad recreada al exponer a un ser frágil a la voluntad del artista".
En otro tono, y en otra sala, también se ven escenas del film Psicosis, proyectado en cámara lenta con una duración de 24 horas. Si bien muchas de las obras de Gordon dependen de la apropiación de famosos largometrajes y de su manipulación a través de una cantidad de procesos de edición, otras obras son filmadas por el propio Gordon. Si bien el ser humano recibe una multiplicidad de información mediática, llega a internalizar sólo una pequeña porción de ella. Tal como escribe Klaus Biesenbach, "él explora el modo en que nuestros recuerdos visuales se conforman por eventos reales y ficcionales, por la textura entretejida de tramas imaginadas y recolectadas, y por lo que recordamos y lo que creemos recordar. Su obra toma como punto de partida la percepción y la memoria".
Otras de las películas con que ha trabajado Gordon en la obra Between Darkness and Light (After William Blake) (Entre la oscuridad y la luz - en honor a William Blake) es El exorcista, de William Friedkin (1973) a color y La canción de Bernardette, de Henry King (1943), en blanco y negro. El trabajo se hizo proyectando los dos films en una pantalla traslúcida, donde un área oscura de la película hace a la otra más visible y dos secuencias luminosas casi se extinguen entre sí. Los films confrontados encarnan una tensión de opuestos, tanto a nivel temático - ambos tratan sobre niñas adolescentes conducidas por fuerzas externas - como en la superposición de imágenes y bandas sonoras. Gordon reproduce los dos films al mismo tiempo, a velocidad normal y con sus bandas de sonido originales. Como escribe Biensenbach: "En una batalla oscilante de imágenes, se produce una suerte de juicio en el purgatorio entre el bien y el mal, sin que surja un ganador".
Exhibida en el MoMA entre junio y octubre de 2006, la muestra se enfoca en los trabajos de Gordon relacionados al cine, con sus referencias a Andy Warhol, Alfred Hitckcock, Martin Scorsese y a otros directores clave de la historia del cine. Aquí, Gordon trabaja con clásicos de Hollywood ya sea en duración o en formato y de ese modo le rinde homenaje a los creadores, al mismo tiempo desorienta al espectador, enfrentándolo a un material que reconoce pero al mismo tiempo le resulta extraño.
Sobre Douglas Gordon
Douglas Gordon (Glasgow, Escocia, 1966), es uno de los artistas más importantes de su generación y uno de los más sólidos representantes de la videocreación contemporánea. Ganador del prestigioso Turner Prize, de la Tate Britain, en 1996; del Hugo Boss Price 1998, del Guggenheim Museum de Nueva York, y el Premio 2000 en la Bienal de Venecia, Gordon es responsable de algunas de las creaciones artísticas más interesantes de los últimos años, trabajando en campos que abarcan desde la cinematografía hasta las instalaciones audiovisuales o el texto escrito.
(c) Araceli Otamendi
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