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(Buenos Aires) Araceli Otamendi
La primera edición de Balance (o) de la bossa nova fue publicada en Brasil en el año 1968 a partir de la recopilación de ensayos que el poeta Augusto de Campos realizó incluyendo textos propios y de reconocidos músicos brasileños que tomaban posición ante el movimiento de la bossa nova. Además, al libro se le sumaron las conversaciones que el autor mantuvo con los entonces jóvenes Caetano Veloso y Gilberto Gil, integrantes del llamado movimiento tropicalista. Seis años después, en 1974, se editó una segunda versión del libro con el agregado ... y otras bossas en que el autor amplió sus investigaciones sobre figuras como Lupicinio Rodriguez, Charles Ives y Joao Gilberto.
Esta primera edición en castellano de Balance (o) de la bossa nova y otras bossas intenta acercarle al lector el universo de la Música Popular Brasileña con sus características innovadoras y singulares. Completan esta publicación un anexo de notas biográficas acerca de los personajes de la música y la cultura de Brasil que se mencionan en el texto y que han sido considerados relevantes para la comprensión del libro y un índice de obras musicales junto con la traducción de los títulos.
Augusto de Campos nació en San Pablo en 1931. Es poeta, traductor y ensayista y uno de los creadores de la poesía concreta. Su obra se ha caracterizado por seguir a la invención como parámetro creativo. En Poetamenos abandonó el verso para jugar con el espacio y las series de colores diferentes, basándose en la música de Anton Webern. su obra fue incluida en numerosas exposiciones y en prestigiosas antologías internacionales como Concrete poetry: a world view (1968). Ha experimentado con los nuevos recursos de la tecnología y creó poesías con hologramas y láser y, más recientemente, sus clip-poemas (animaciones digitales). La mayoría de su obra poética está reunida en los volúmenes VIVA/VAIA (1979), Despoesía (1994) y NAO (2003). Como traductor y ensayista se destacó con los libros: Verso reverso controverso (1978), Poem (a)s de e.e.cummings(1999), Coisas e anjos de Rilke (2001). Su último trabajo es Poesía da recusa (2006).
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Bossas, jazz, etc.
"...Aunque muchos afirmen lo contrario, la bossa nova fue un movimiento que provocó la nacionalización de los intereses musicales en Brasil.
Como se sabe, la bossa nova reavivó y reformuló un sinnúmero de antiguas formas musicales brasileñas; le aportó a la práctica musical urbana una serie de motivos de nuestro folklore, refrenó después de su éxito popular la importación de artistas del exterior y otras tantas cosas. Pero, a nuestro entender, su principal contribución fue el hecho de haber sustituido - no del todo, claro - la práctica de las antiguas jam sessions y las antiguas preocupaciones de los jóvenes instrumentistas por el jazz, por las reuniones informales privadas en pequeños teatros que buscaban definir a la música brasileña moderna. La inexistencia de una música brasileña progresiva llevaba a los jóvenes músicos, sedientos de nuevas experiencias, a la práctica del jazz, toda vez que ésta era la única música popular que daba al músico la más plena libertad de invención, de improvisación, de búsqueda de sonoridad, armonía y ritmos raros. Tampoco hay dudas de que los jazzistas de antes se transformaron en algunos de los principales bossanovistas...".
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Conversación con Gilberto Gil
"Augusto de Campos- Caetano habló, hace un tiempo, de "retomar la línea" iniciada por Joao Gilberto. Hablaste, entonces, de la posibilidad de que la Música Popular Brasileña le cediera el lugar a la Música Moderna Popular. En ese orden de ideas, ¿cómo ves la evolución de nuestra música popular en este momento?
Gilberto Gil - Cuando Caetano habla de "retomar la línea evolutiva", yo pienso que se debe considerar como tal al hecho de que Joao Gilberto fue la primera toma de conciencia acerca de una formación compleja de música brasileña, de que esa música había sido formada por una serie de factores no sólo surgidos en la propia cultura brasileña, sino también traídos por la cultura internacional. Joao Gilberto reconoció a todas esas cosas y las sintetizó en su trabajo. En Oblá-lá-lá, que ya era un bolero y un beguine y en Bim bom, la gente identifica una posibilidad de que la MPB incorpore esa especie de balance perseguido por las generaciones nuevas en la música internacional. Esta fue la apertura inicial de Joao Gilberto. Y el retomar su línea se explica, porque después de Joao Gilberto hubo una preocupación por volver a aquellas cosas bien nacionales: el samba de morro, la música de protesta, la nordestinización absurda de la música brasileña. La búsqueda irrefrenada de temas ligados al Nordeste que culminó, inclusive, con el aprovechamiento directo de la cosa campesina: Vandré, etc. Fue aquella búsqueda terrible de cosas que hubieran nacido en nuestra propia tierra. Entonces, la línea evolutiva tenía que ser retomada exactamente en aquel sentido de Joao Gilberto, en la tentativa de incorporar todo lo que fuera surgiendo como información nueva dentro de la MPB, sin esa preocupación de lo internacional, de lo extranjero, de lo alienígena. En cuanto a la idea de la MPB, tiene más o menos el mismo sentido. Es la idea de la participación fecunda de la cultura musical internacional en la MPB. De colocarla en una propuesta de discusión al nivel de la música y no al nivel de lo brasileño con aquella característica de ingenuidad nazi, de querer lograr lo puro, lo brasileño en un sentido más folklórico, cerrado, una cosa que sólo existe para la sensibilidad brasileña. Y partiendo de esas dos premisas, yo creo que ahora, desde hace unos seis meses, con esos nuevos resultados conseguidos principalmente por Caetano, la línea evolutiva de Joao y la consecución de esa música popular moderna entran en proceso.
Augusto- Bien, hablaste con naturalidad, con la modestia de quien está dando una declaración, porque también tu contribución, por lo menos desde Domingo no parque, es esencial para la deflagración de ese proceso.
Gil- Yo díría que no es sólo modestia, más bien un gran reconocimiento de que Caetano es fundamental en toda esta discusión. Y la pieza fundamental para retomar esa línea. Principalmente porque él se preocupa mucho más por la profundización de esas discusiones que yo, tal vez. Esa es una preocupación que estaba en Caetano mucho antes que en mí.
Augusto.- ¿Qué hechos te parecen esenciales para tu propia evaluación musical?
Gil - El primer fenómeno musical que dejó una huella muy grande en mí fue Luiz Gonzaga. En gran parte por la intimidad que su música tuvo conmigo. Yo me crié en el sertón de Bahía, en aquel tipo de cultura y de ambiente que proveyó el material para el trabajo de Luiz Gonzaga en relación a la música nordestina. Otra cosa suya que me parece genial - y la conciencia de eso realmente solo vino después, cuando ya ya especulaba en torno a los problemas de la MPB - fue el reconocimiento de que Luiz Gonzaga fue también, posiblemente, la primera gran cosa significativa desde el punto de vista de la cultura de masas en Brasil. Tal vez el primer gran artista ligado a la cultura de masas, con una actuación vinculada a un trabajo de propaganda, de promoción. En los años 51 a 52, él hizo un contrato fabuloso, de alto nivel promocional, con Colírio Moura-Brasil, que organizó giras suyas por todo el país...".
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(c) Araceli Otamendi |
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