CARTA AL HOMBRE NUEVO
Te escribo esta carta
con el más vivo pincel de abrazo.
Amigo, te estoy amando en cartas,
en ausencias que llegan
al fondo de mí misma.
Te siento y el amor sale a borbotones.
Te amo y tiembla el corazón de convicciones.
Las palabras se me pierden al hablarte y
no sé cómo escribir poemarinos quereres.
Camarada, en este nido de versos,
hallarás el regazo
que te renueve el aliento de vivir.
De pie, ante el dolor, te escribo una carta.
Caminando a versos lentos,
en esta ciudad que nos alberga,
mientras el mundo se estremece de dolor,
millones de niños tiritan de frío
y se cubren con harapos
estrujando una contra otra sus manitas
apretando el corazón para que no llore.
Aquí, consciente de la realidad
que ahora enfrenta el mundo,
despojada de fantasía vana
y plena de amor por tí.
Te escribo y escibo insistente
plenamente confiada en que algún día:
estallará el hambre!
Y cuando clarea el alba
y se alborotan los nidos
te estoy esperando siempre
muchacho corazón de nido.
Y si la tarde emerge aprisionando sombras
busco una manta amplia para cubrirnos los dos.
Amigo, poruqe cuando los troncos son altos
y en sus ramas hay yemas:
los deseos son hondos
y las noches azules
y de oro se bañan los poemas.
Compañero, esta carta va
porque mis raíces se han empapado de tu savia
y porque los niños tienen la pureza
con que tú luchas.
Y tu grito, compañero,
llegará a la hiedra más alta
a la raíz más tierna:
y tu grito, amor mío,
abrirá surcos en la pampa
y caminos en la enramada de bejucos
en las enredaderas de la selva;
y entre los matorrales de yerba salvaje
entre el clamor ardiente, de las fronteras, del hambre:
estará tu voz, amigo, estará tu lucha
germinando el mundo.
Esta carta que quiere saludarte de pie,
esta carta, compañero, para dar aliento a tu sueño.
He buscado una lágrima de verano
para decirte mi carta.
He buscado un copo fino de algodón
y la pureza más alta de un niño
para escribirte he buscado.
Amigo, y morderé mi paz
mientras exista el hambre
porque tú me enseñaste que todos podemos vivir
con el latido desbocado de una alegría justa.
Y mientras nos atropellen los golpes
nosotros elevaremos la voz y
a carcajadas en llanto
rasgaremos las falsas vestiduras
del Himno Nacional Disfraz.
Amor: la agitada alarma de mi carta
me impide continuar renglones
pero ya no hace falta el verbo
para decirte el verso.
Hombre Nuevo: sigue tocando mi sangre
sigue aún sembrando mi vientre
volcando mi corazón, rasgando mi sangre
voliendo llamas mi voz.
Porque aunque termina esta carta
yo no termino nunca
de amanecer contigo.
Muchacho, poeta, camarada
cantor, amigo, luchador
río, árbol, amor mío.
(c) Beatriz Moreno
Beatriz Moreno es una escritora peruana |
