 
(Buenos Aires) Araceli Otamendi
Ricardo Cinalli es un artista argentino radicado en Londres desde 1973, reconocido en los principales escenarios y medios artísticos de todo el mundo.
Cinalli estudió psicología y filosofía.
Según palabras de Alberto Bellucci, Director del Museo Nacional de Bellas Artes:

"Frente a la Cultura contemporánea, repetidamente asociada con lo cambiante, lo superficial y lo líquido, Cinalli exalta la rotundez figurativa y la solidez del volumen; frente a la velocidad de la producción y la reproducción digital, insiste en la factura artesanal y detallada; frente a la esquivas seducciones de un imaginario inédito y renovable, prefiere aceptar las evocaciones ciertas de un pasado clásico que conserva para él su cantera inagotable de tentaciones para explorar y transmitir.
Cinalli modela sus cuerpos preñados de fuerza - o los tremendos fragmentos de esos cuerpos que nos sobrevuelan - con vocación de escultor y oficio de miniaturista. Así, los nervios y músculos que se abalanzan sobre el espectador están pintados con la delicadeza obsesiva de pinceladas finas como cabellos,dispuestas en tramas precisas como la grilla de un grabador. Por otra parte, su ingenioso tratamiento de la perspectiva central y de la proyección de luces y sombras involucradas, logra convertir el plano real en caja engañosa, ilusoria, donde se abren ventanas que no existen y donde lo grávido flota suspendido en el aire. En plena posmodernidad Cinalli ha retomado y exaltado el hilo que los pintores del ilusionismo y la monumentalidad dejaron desovillado en sus laberintos manieristas de Mantua y de Roma.
¿Cómo no sentir que en sus colosales pinturas/esculturas bajo la tierra algo de la "territibiltá" miguelangelesca que quedó atrapada en la bóveda de la Sixtina, o que, después de cinco siglos, los condenados del Juicio Final vuelven a presentarse dramáticamente anudados para interpelarse? ¿Cómo no asociar sus remolinos de formas humanas con los que Dante imaginó para el Infierno y Gustave Doré convirtió mucho después en colmenas volantes? ¿Cómo no aceptar que nuestro artista asume legítimamente en pleno siglo XXI los juegos herméticos y la punzante ironía de sus colegas Pontorno, Bronzino o Giulio Romano?..."
Según palabras de la curadora de esta muestra, Patricia Rizzo: "Desde que Ricardo Cinalli se radicó en Londres, en 1973, su obra ha tenido una presencia esporádica en el ámbito local. La última muestra individual de importancia que el público argentino pudo ver, data de 1998. Antes y después, se verificasu aparición de manera discontinua y aislada. Esta exhibición de corte antológico, pero enfocada a revisar con más énfasis sus últimas etapas, también representa la ocasión de ver reunidas las obras de un artista hace tanto tiempo instalado en Europa y reconocido en los principales escenarios y medios artísticos. Con una presencia de importancia dentro del coleccionismo argentino, pero en una escala sensiblemente menor en relación a otras capitales del mundo, casi la totalidad de su producción considerada representativa, debió ser reunida e importada desde Inglaterra o Italia.
La realización de rescos y murales públicos y privados ha sido uno de los ejes más reconocidos en su trabajo y por el cual fue tomando rápidamtne resonancia pública y trascendencia global. Como forma de confrontar un factor tan importante de su producción, se pensó en incluir en el contexto de la muestra un conjunto de filmes, videos y proyecciones que dieran cuenta de algunas de esas realizaciones que sólo es posible ver en sus sitios originales de emplazamiento y que le aseguraron un rol notable y sostenido en la escena europea.
Su línea estética, apoyada en gran parte en una concepción de escala monumental, el uso de la perspectiva renacentista y la apropiación de formas figurativas que se funden en un espacio intemporal contribuyen de alguna manera a que su trabajo se torne de dificultosa catalogación dentro de una corriente determinada. Una primera impresión puede dar pautas estilísticas que parecen orientarse hacia una lectura por imitación de imágenes surgidas de diferentes épocas, especialmente de estilo neoclásico, pero se trata de una visión reduccionista e incompleta. Su metodología de trabajo no está basada en relecturas. Si bien contiene referencias mitológicas e históricas, sus construcciones son, sobre todo, imaginarias.
Observaba desde una perspectiva de conjunto, su producción se nutre de un complejo mix de elaboración intelectual, ténica y teórica que deriva en detalles cuidadosamente expresados y muy calculados, que toma de leementos tanto actuales como intemporales de las culturas oriental y occidental".
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Según Edward Lucie Smith:
"... Los cambios de escala que se encuentran en su obra - los mundos en miniatura de las cajas, relacionados y a la vez contrapuestos con el gigantismo de las cúpulas en su otra imaginería - son, no obstante, pistas importantes sobre de qué se trata, en realidad. Como Borges en su narrativa sutilmente inquietante, Cinalli se propone alejarnos de lo que siempre parece familiar, y por lo tanto, seguro.
Su arte es vertiginoso. Los lectores de Alicia en el país de lsa maravillas y Alicia en el país del espejo recordarán el efecto desconcertante de los cambios de tamaño de Alicia. Swift utilizó exactamente el mismo mecanismo en Los viajes de Gulliver. En ambos casos, el mecanismo debe su potencia no sólo a un deliberado cultivo de lo imposible y lo incongruente, sino también al hecho de que la mayoría de nosotros ha experimentado directamente en sueños y pesadillas.
La calidad del arte de Cinalli reúne una gran suma de informaciónes culturales muy diversas, y las consolida en un universo convicente e ineludible. Algunos podrán decir lo mismo sobre la Argentina".
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(c) Araceli Otamendi
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