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(Santa Fe)
Solamente 15 investigadores de todo el país son galardonados cada año con los premios Bernardo Houssay a la Investigación Científica y Tecnológica que entrega la secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (SECYT). Y, como ocurrió en otras ocasiones, en esta edición 2004 se distinguió la labor de uno de los investigadores más destacados de la Universidad Nacional del Litoral (UNL): el Dr. Eduardo Lombardo, docente y científico en la Facultad de Ingeniería Química (FIQ), donde se desempeña casi desde que comenzó su carrera como profesional.
Lombardo recibió la distinción a la “Trayectoria Científica”, como investigador por el “gran área de las Ciencias Agrarias, de Ingenierías y de Materiales”, todo un homenaje a sus más de 30 años como investigador. “La verdad es que uno no se imagina encontrarse con un premio. Trabajamos y proyectamos sueños, que a veces culminan en algo como esto”, indicó el científico, en un paréntesis de su trabajo en el laboratorio de Fisicoquímica que funciona en la FIQ.
Historia y prestigio
La trayectoria que hoy recibe su merecido reconocimiento comenzó en 1970, y estuvo acompañada por “una serie de vicisitudes que atravesamos quienes estuvimos en la universidad: hubo épocas en las que se pensaba que era malo investigar; en otras, más terribles, perdimos colaboradores, y otros emigraron por la fuerza”, recordó Lombardo. Tras egresar como ingeniero químico, una carrera que eligió por pura vocación, comenzó a dedicarse a la ciencia, un camino que transitó con “mucha perseverancia y tratando de seguir siempre la dirección que creí correcta”.
“Modestamente –indicó Lombardo– me siento orgulloso por haber contribuido a formar recursos humanos, a que la gente que haya pasado por acá pudiera desarrollar hábitos de producción científica y tecnológica. Y además muy orgulloso por la fundación, junto con otros profesores del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (INCAPE), del Centro Nacional de Catálisis (CENACA), cuyo objetivo principal fue proveer al sistema científico tecnológico argentino de herramientas que no estaban disponibles a nivel general, y que funciona desde hace 10 años con el apoyo de la UNL, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la secretaría de Ciencia y Tecnología”, manifestó Lombardo, enumerando aquello que a lo largo de tantos años le produjo mayores sonrisas.
El premio a un grupo
Como todo buen científico, Lombardo trabaja con un grupo de profesionales (estudiantes, docentes, investigadores de carrera) que comparten hoy la alegría del premio. “En investigación, las metas se alcanzan si hay un equipo de gente que trabaja. Esto no lo hago yo solo sino con la colaboración de quienes integraron e integran nuestro grupo. Ellos son los merecedores del premio”, manifestó el profesional.
El grupo que lidera trabaja actualmente en tres líneas de investigación. Por un lado, se ocupan del desarrollo de catalizadores para eliminar los gases nocivos de fuentes móviles (caños de escape), algo que tiene directa incidencia en el cuidado de nuestro medio ambiente. Por otro, se invierten recursos en el estudio de producción de hidrógeno ultra puro, que pueda ser utilizado en celdas de combustible para la generación de energía. Y finalmente, se trabaja en la elaboración de productos petroquímicos intermedios, “que son los precursores de muchas cosas que utilizamos cotidianamente”, explicó el experto.
El objetivo final, en cada caso, es el de contribuir con los desarrollos a mejorar la calidad de vida de la población, la verdadera esencia de la actividad científica. “No existen ejemplos en el mundo de países que hayan mejorado su situación social y económica sin tener una gran preocupación por la educación, la ciencia y la tecnología”, manifestó Lombardo y en este sentido mencionó ejemplos de países que lo lograron a partir de la inversión prioritaria en I+D: Corea, Finlandia y Australia.
“Hoy en día, algunos países de Latinoamérica están disponiendo una proporción mayor de su PBI a la ciencia y la tecnología, como Brasil. Es como todo: si un país no invierte en su propio desarrollo no crece”, finalizó.
Qué son los premios
Los premios Bernardo Houssay de la SECYT a la Investigación Científica y Tecnológica se otorgan en tres categorías: al investigador joven, al investigador consolidado y a la trayectoria científica. A su vez, se tienen en cuenta cinco grandes áreas del conocimiento, que son Ciencias Exactas y Naturales (con exclusión de las Ciencias Biológicas); Ciencias Biológicas y de la Salud; Ciencias Humanas y Sociales; Ciencias Agrarias, de Ingenierías y de Materiales; y Desarrollos Tecnológicos.
El año pasado, otro representante de la UNL, el Dr. Ricardo Kratje, se hizo acreedor al Premio Bernardo Houssay 2003 en la categoría “Investigador Consolidado” por el área de Desarrollos Tecnológicos.
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