|
   
(Buenos Aires) Araceli Otamendi
En una noche donde la lluvia y el viento parecían querer llevarse los árboles - los paraguas se doblaban y mucha gente los arrojaba al suelo y seguía caminando, empapándose, fue inaugurada la muestra Carteles de la Guerra 1936-1939, de la colección Fundación Pablo Iglesias en el Museo Nacional de Bellas Artes. Parecía una noche adecuada para la muestra de carteles de la guerra civil española, donde distintos artistas manifestaron su arte en los carteles.
Estaban presentes el Secretario de Cultura de la Nación, José Nun, el Director Nacional de Patrimonio y Museos, Américo Castilla, el Director del Museo Nacional de Bellas Artes, Alberto Bellucci, el Embajador de España en la Argentina y el presidente de la Fundación Pablo Iglesias, Alfonso Guerra, personalidades de la cultura - se pudo ver al ex-secretario de Cultura de la Nación, el escritor Guillermo Pacho O`Donnell, periodistas y público.
La muestra, perteneciente a la Fundación Pablo Iglesias comprende parte de la colección de carteles de la guerra civil español a que hoy sobrepasa los 2.000 ejemplares. Según explicó Alfonso Guerra, los carteles estuvieron guardados en diversos países, después de la guerra. Los destinos fueron: Francia, Berlín y la Unión Soviética. Algunos, también fueron confiscados y guardados por el régimen de Francisco Franco.
Según palabras de Alfonso Guerra El cartel del bando republicano responde a un auténtico arte de vanguardia. Es para muchos un caso excepcional de fusión entre vanguardia política y vanguardia artística. La historia nos muestra que, en general, el poder político descansa sobre un arte consolidado, tradicional y que los movimientos vanguardistas se abren paso a contrasentido del poder. En la guerra española, el poder, al encomendar tan plenamente la propaganda a los mejores cartelistas de la época, se puso en manos de un movimiento de vanguardia rupturista. La explicación de esta excepción histórica puede encontrarse en que la defensa de la legalidad del poder constituido enlazaba con la batalla por detener el movimiento fascista que se avistaba ya en Europa. Así, los creadores pudieron trabajar con entera libertad al servicio de la causa republicana, produciendo una extraordinaria obra artística de la que hoy presentamos una selección ponderada y equilibrada.
(c) Araceli Otamendi
imágenes:
arriba: Joan Miró, 1937, Sello-cartel para ayuda a la causa republicana
Anónimo, Madrid, República Española, 14 de abril de 1931
Tapa del catálogo
.
|
|