(Buenos Aires)
El próximo 23 de agosto se inaugurará una muestra de carteles de la Guerra Civil Española en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Desde su creación, la Fundación Pablo Iglesias ha ido conformando una colección de carteles de la guerra civil española que hoy sobrepasa los 2.000 ejemplares. Constituye, por tanto, un testimonio extraordinario por su amplitud y variedad de cartelismo republicano, de los mensajes e ideas que a través de los carteles se transmitieron y de las tendencias artísticas que sus autores representaron.
Durante muchos años, esta colección ha estado sobre todo a disposición de estudiosos e investigadores, cediéndose material de forma muy puntual para su inclusión como documento en publicaciones o exposiciones.
La Fundación Pablo Iglesias considera que ha llegado el momento de dar a conocer al público una muestra representativa de su colección de carteles de la guerra civil. Para ello, ha realizado una generosa selección que constituye una singular y valiosa muestra de la gran variedad de temas, autores, instituciones y organizaciones editoras que componen la colección.
Creemos que el resultado es una muestra de la diversidad artística de la cartelería republicana. El cartelismo tuvo una época de especial florecimiento en los años treinta en Europa y no menos en España, donde se desarrolló un arte del cartel de tendencias estéticas diversas y de gran calidad. Ya con la proclamación de la Segunda República un auténtico ejército de pintores, dibujantes, diseñadores y grafistas apostó por un cartelismo de vanguardia que adquirió un valor excepcional. La guerra dio un importante impulso a la creación de los autores gráficos y no solo por la necesidad de reforzar la labor de propaganda política, sino también como medio para la difusión de ideas y preceptos.
Los artistas siguieron la senda de la cartelística de la Primera Guerra Mundial, acrecentando la efectividad de los mensajes y recurriendo a la imaginación para ampliar los motivos tradicionales: alistamiento, cautela ante el espionaje enemigo, símbolos políticos, pero también llamadas a la educación, a la higiene, advertencia ante los abusos que proliferan en las situaciones de guerra.
El cartel del bando republicano responde a un autentico arte de vanguardia. Es para muchos un caso excepcional de fusión entre vanguardia política y vanguardia artística. La historia nos muestra que, en general, el poder político descansa sobre un arte consolidado, tradicional y que los movimientos vanguardistas se abren paso a contrasentido del poder. En la guerra española el poder, al encomendar tan plenamente la propaganda a los mejores cartelistas de la época, se puso en manos de un movimiento de vanguardia rupturista. La explicación de esta "excepción" histórica puede encontrarse en que la defensa de la legalidad del poder constituido enlazaba con la batalla por detener el movimiento fascista que se avistaba ya en Europa. Así, los creadores pudieron trabajar con entera libertad al servicio de la causa republicana, produciendo una extraordinaria obra artística de la que hoy presentamos una selección preponderada y equilibrada.
El final de la guerra cortó de raíz el ascenso de un arte gráfico que sin duda hubiese situado a los artistas españoles en la cima de la creación gráfica en Europa. El que no se pudiera continuar aquella trayectoria artística proporciona una extraordinaria importancia a los testimonios de la época. La exposición que presentamos es una muestra de la fuerza, la sensibilidad, los sentimientos y la capacidad intelectual de los pintores y cartelistas del momento.
(según palabras de Alfonso Guerra
Presidente de la Fundación Pablo Iglesias Exposición)
La muestra podrá visitarse hasta el 16 de octubre, de martes viernes de 12.30 a 19.30 y sábados, domingos y feriados de 9.30 a 19.30.
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