(Buenos Aires) Araceli Otamendi
Se inauguraron simultáneamente varias muestras en el Centro Cultural Recoleta: una muestra de Rogelio Polesello en la Sala Cronopios, que abarca varias etapas de su obra; obras de Diana Chorne que componen la muestra "Artes del juego 2005"; Martín Di Paola, joven artista plástico; la mexicana Betsabé Romero y Mark Brusse de origen holandés, quien vive actualmente en París.
Diana Chorne
Hasta el 7 de agosto permanecerá abierta en el Centro Cultural Recoleta la exposición de la artista plástica Diana Chorne, cuya obra ha sido elogiada por artistas de la talla de León Ferrari y Luis Felipe Noé.
La muestra, “Arte del juego 2005”, está integrada por 30 obras -edificios, barcos, cuadros, esculturas- realizadas en técnicas y materiales muy variados: cemento, cartón, induido, pintura de esmalte y objetos de uso cotidiano.
En esta exhibición, Diana Chorne muestra una vez más su originalidad e imaginación para elaborar imágenes capaces de conmover y sorprender a los espectadores. Con materiales y técnicas a veces insólitos crea un universo lleno de humor e ironía en el cual los elementos lúdicos juegan un importante papel, como sucedió en sus anteriores exposiciones.
“Diana tiene una gran sensibilidad para encontrar sugerencias en los objetos que encuentra, atesora y transforma”, escribe en el catálogo de esta muestra Laura Malosetti. Quien agrega: “Ella es de la gente que camina mirando en los volquetes y en los tachos, encontrando tesoros en la basura, en las veredas, en los rincones de las casas y en las vidrieras viejas. Encara con todos esos objetos y fragmentos de objetos idos un diálogo en el que pone en juego su imaginación, una ironía mordaz y un extraordinario sentido del humor”.
“Pero no busca sólo metáforas para sus ideas o proyecciones para los sentimientos. Siempre busca, también, el chispazo de la belleza en las más sutiles y diversas formas. La belleza de los fragmentos, de las maderas muy usadas, con colores gastados de mar destella en algunos de sus barcos. En otros barcos, así como en sus laberínticas casas/ciudades/palacios, resplandece la belleza de los colores puros y el brillo de los esmaltes en formas que se van complicando en un ritmo ascendente. Y las texturas de la seda y los bordados en sus tapices, y la belleza ascética de la geometría.”
Diana Chorne se formó en artes plásticas desde muy pequeña y entre sus maestros se cuentan nada menos que Demetrio Urruchúa y Juan Batle Planas. Es psicoanalista y miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.
Mark Brusse
Nacido en Holanda, residente en París desde 1960. Mark Brusse se ha relacionado intensamente con importantes artistas argentinos. La muestra presentada en el Centro Cultural Recoleta es su primera exposición individual en nuestro país. Está compuesta íntegramente sobre papel, ya que en sus frecuentes viajes por Oriente, tal como explica el artista, este material "ha tomado importancia de una manera creciente en mi trabajo, pero ahora directamente como base para mis pinturas".
Betsabé Romero
La obra de Betsabeé Romero tiene ese enorme significado. Una artista que ha trascendido su territorio para formar parte de la colección latinoamericana de creadores contemporáneos. Que entiende que su presencia en el extremo SUR del continente es una parte sustantiva de la aportación que desde esta región nuestros países hacen al resto del mundo. Sea pues bienvenida la obra de esta mexicana en Buenos Aires, orgulloso centro cultural de nuestra América Latina.
María Cristina de la Garza Sandoval
Embajadora de México en Argentina
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El otro lado del carro
Según las últimas estadísticas, en la ciudad de México hay más de 500.000 coches abandonados en las calles. Hay que matizar. Tal vez sería mejor decir simplemente "en las calles" porque muchos de ellos permanecen cerca de sus dueños como un apéndice de las casas en las que habitan "como testimonio de que algún día fue propietario de algo en la vida o como parte de la historia familiar de la que no se pueden deshacer":
Betsabeé Romero vio en la contradicción de estos automóviles estáticos un soporte idóneo para el arte de crear objetos hermosos y para el arte de contar historias. La belleza de sus obras resulta extraña al ojo del espectador, precisamente el tipo de belleza que utiliza una mujer hermosa que tiene algo que contar. No se trata de la estética por la estética. Lo importante es el símbolo. De nada sirve la belleza si no es para plantear misterios cuyo magnetismo supera a la belleza en sí.
La artista explica la razón de esta elección: "El uso del automóvil en mi obra parte de una reflexión acerca de las contradicciones de la sociedad de consumo en países como el mío, y, en especial, el automóvil, que es un objeto típico de la producción en serie, de la industrialización, alta tecnología, corporaciones globalizadoras y fuertemente vinculado a la american way of life, ha sido muy claro en la elaboración de un discurso acorde del 'otro lado del carro'. El carro que no se mueve ni nos mueve de nivel socioeconómico, el auto como refugio, como segunda casa, como extensión del cuerpo, como espacio de iniciación de la sexualidad, espacio de fragilidad, el lugar del accidente y del secuestro, el lugar de la intimidad..."
Sandra Balvín
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