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Estás aquí:  Inicio >>   Entrevistas- noticias culturales-histórico >>  Arte y cultura de Polonia en el Museo Nacional de Arte Decorativo
 
Arte y cultura de Polonia en el Museo Nacional de Arte Decorativo
 

...Resulta difícil -en realidad imposible- referirse al arte y la cultura de Polonia sin tomar en cuenta su condición de nación milenaria de fronteras cambiantes, intermitentemente acosada por sus vecinos del este y del oeste, muchas veces sojuzgada en lo físico y en lo político pero nunca en el espíritu libre y altivo de sus habitantes...

La muestra se puede ver hasta el 30 de junio

 

(Buenos Aires) Araceli Otamendi

 

La muestra Arte y Cultura de Polonia fue presentada recientemente al periodismo e inagurada en el Museo Nacional de Arte Decorativo por el Embajador de Polonia Slawamir Ratajski y su esposa Zofia Jablonowska-Ratajska y el Director del Museo, Alberto Bellucci.

La muestra comprende pinturas, objetos, trajes típicos, artesanías, armas, uniformes de guerra y otros elementos. La mayor parte de lo expuesto proviene de colecciones de la comunidad polaca residente en la Argentina.

También se instaló una cocina típica polaca, obra de Liliana Zengel ambientada con objetos y decoración tipica de esa comunidad.

Según explicó la embajadora, humorísticamente, a pesar de todas las tragedias vividas por el pueblo polaco, resulta verdaderamente una tragedia el día en que en Polonia no se cuentan chistes.

Según palabras del Embajador de Polonia:

"Aquellos que en busca de pan y libertad abandonaron la casa paterna y aquí encontraron una segunda patria, trajeron consigo sus tradiciones, sus costumbres y su cultura. Su cultura original, cuya característica especial es que conviven con ella, desde hace siglos, e inspirándose en la otra, el arte de la caballería o hidalguía, y la del arte popular.

Por un lado, las residencias de los nobles tomaban el papel de centros culturales, y al mismo tiempo, utilizaban ejemplos del arte popular. Un ejemplo significativo de esta convivencia simultánea es la música de Fryderyk Chopin, pero también la podemos ver en la pintura, en las artesanías y en los trajes.

Queremos mostrar a la comunidad argentina algunos ejemplos de esta cultura, para que conozca y entienda quizás mejor a aquellos que, plenamente, ya forman parte de su nueva patria..."

Según palabras del director del Museo, Arq. Alberto Bellucci:

"Resulta difícil -en realidad imposible- referirse al arte y la cultura de Polonia sin tomar en cuenta su condición de nación milenaria de fronteras cambiantes, intermitentemente acosada por sus vecinos del este y del oeste, muchas veces sojuzgada en lo físico y en lo político pero nunca en el espíritu libre y altivo de sus habitantes.

Este destino de historia dura y límites ambiguos produjo, de hecho, un arte de expresiones ricas y diversas, quizás heterogéneo en sus formas pero inconfundible en su adaptación nacional. Charnela inevitable entre el oriente eslavo y el occidente latino, el arte polaco supo integrar el brillante decorativismo asiático, llegado a través de Turquía y de Rusia, con los sucesivos estilos góticos, renacentistas, barrocos y románticos venidos del oeste europeo. Por ejemplo, en el caso de la pintura vale la pena recordar la influencia alemana del siglo XV y comienzos del XVI con Hans Durero, hermano de Alberto, trabajando en Cracovia, la subsiguiente penetración italiana seguida luego por la holandesa y flamenca con Rubens como retratista de Segismundo III y Ladislao IV, y Rembrandt en su serie de "retratos polacos", hasta la adopción de los modelos franceses del siglo XIX y de las vanguardias del XX.

Esto no debe verse como un demérito o un capitis diminutio sino como un rasgo identificatorio que engloba una gran variedad tipológica junto con un alto nivel de factura artística. Desde esta óptica podemos considerar al arte polaco más bien mestizo que paradigmático, inclusivista antes que exclusivista, enraizado en la región y en la memoria antes que en el universo abstracto de la razón; en todo caso, y sin ninguna duda, un arte creado con amore.

Pero hay ciertos terrenos estéticos, géneros decorativos y personalidades individuales que son originales y propios de Polonia, que se destacan como creaciones intransferibles del arte y la cultura de esa nación. Así la vestimenta brillante y multicolor, tanto aldeana como oficial, las anchas fajas ornamentales de la nobleza, los floridos tocados con cintas de las mujeres, los festivos pesebres cracovianos, el ánimo heroico de las mazurkas polonesas (danzas populares que luego, en las partituras del exiliado Chopin, resultaron según dichos de Debussy "cañonazos bajo ramos de flores"), las pinturas históricas de Jan Mateyko, las poesías románticas de Mickiewicz, los filmes de Andrej Wajda y la notable calidad e imaginación del diseño gráfico y el afiche político, son algunos de los muchos productos culturales quejunto con magníficos ejemplos de vida como los del inquieto Copérnico, la silenciosa Marie Curie o el resonante Juan Pablo II, han enriquecido no sólo la vida polaca sino el patrimonio del mundo...".

 

 

Jerzy Grotowsky, Tadeus Kantor

La ola emigratoria se interrumpió en los años de posguerra, pero el público argentino tuvo la posibilidad de conocer la creatividad de los artistas contemporáneos polacos, por ejemplo, de las visitas y puestas en escena de Tadeusz Kantor, o el "teatro pobre" de Jerzy Grotowski. En tanto que la literatura polaca quedó la huella indeleble de la Argentina a través de Witold Gombrowicz, quien no sólo vivió aquí veinticinco años, sino que también aquí creó una buena parte de su obra.

Gombrowicz

Witold Gombrowicz. Llegó desde Polonia a la Argentina cuando en Europa se declaraba la Segunda Guerra Mundial. Permaneció ajeno a los círculos literarios más importantes de Buenos Aires, como el de la revista Sur. Sobre ese tema habló en un reportaje de Dominique de Roux:

"... Me había habituado al hecho de que nadie me tomaba en serio y que tampoco yo tomaba a nadie en serio..."

"...Si logré alcanzar cierto renombre en la Argentina no fue tanto en mi calidad de autor como por ser el único escritor extranjero que no había acudido en peregrinación al salón de la señora Ocampo. Tenía la certeza de que tanto mis opiniones y mi manera de ser, como mis obras, le resultarían demasiado chocantes. En lo que respecta a mis obras, la aparición de Ferdydurke en Argentina corroboró mi opinión, puesto que la revista Sur, que ella dirigía, fue la única publicación que no le hizo el menor caso...".

Bibliografía:

Witold Gombrowicz, Testamento, Conversaciones con Dominique deRoux, Editorial Anagrama

© Araceli Otamendi – Todos los derechos reservados

 

 
 
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