Horóscopo provisorio
En la mañana de mayo llegarà la mensajera
con su cábala repetida y ocasiones de siembra.
Oportunidades para aislarse y no verla
si no fuimos capaces
de sostener la estrella que desmienta .
Porque fuimos astutos a la deriva
y soldados del ejército de cometas .
Estamos sin convenio de vidrieras .
Un síndico de la memoria pisoteó la espiga sobre la maleza.
Aún existen ojos azules
comarcas sin aduanas en bicicleta
funciones donde el uníco asistente
rechina la vejez de las trompetas .
Nosotros si que teníamos
petróleo sin habitaciones con colmenas,
trenes de largo aliento que modificaban el alba
y agua natural jadeante de pequeñas promesas .
Había norte y sur y litoral y centro de la tierra .
Silbidos de capinteros amando la paciencia
y panaderías rurales convocando banderas.
Los hermanos anarquistas no guarecían al poema
lo sacaban del pecho con la boca abierta
y cada pulmón era compadre del otro pulmòn
y cada vecino se enamoraba de Luz María Tierna.
Existen la providencias y las porquerías .
Los encorbatados de siempre .
Los enmudecidos de siempre
y las muchachas repletas de saliva a la hora de la siesta.
Digo entre los trapos que me quedan
y las marchas que no cansan .
Que volverán los peatones del olvido
y los 30.000 temblores
y los tréboles de Patricio
y los gallos que despiertan a los niños
en los Tres Continentes con Juan y Juana a la historia .
Si no llego a la calle de mi vieja promesa
estarán los que quedan con su rosa puesta .
Pensando bien querida
hay que activar las uvas de enero,
y los inquietos pulsos de marzo.
Viene el Otoño.
Te amo con fondo de Astor
y palabras de Ernesto apuñalando las uñas .
Es la hora pactada para reconciliarnos
con los astutos cansancios,
con las medicinas indígenas,
con los jarros de sol y las canastas.
(c) Alfredo Ariel Carrió de la Vandera
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