Mutantes
A Aldous Huxley
Una mujer lloraba parada en medio de la vereda, pero nadie se detenía, a nadie le interesaban sus lágrimas. El llanto sólo atraía - desde el punto de vista de la emoción estética sobre todo - en los noticieros, en las telenovelas y en algunos programas de denuncia famosos por su agresividad. El estilo mater dolorosa: una sola lágrima sobre la mejilla, al lado de la nariz,(aunque la lágrima fuese de vaselina) impresionaba más que un raudal.
El motivo del llanto era lo de menos: poco importaba si se lo derramaba por la muerte de un ser querido, por una pena de amor o por el ácido de una cebolla. Lo principal en todos los casos era llorar bonito. El sufrimiento había perdido sentido en la realidad real, pero podía experimentárselo ad libitum y por pocos centavos, gracias a las máquinas creadoras de realidad virtual. Conservaba un valor histórico y espectacular.
Consecuentemente, la boca se había ido estirando en sentido horizontal - el labio superior retraído sobre la encía dejando ver los dientes - y ya no se podía cerrar. De modo que, si por excentricidad o anomalía a alguien se le antojaba llorar, se veía obligado a hacerlo sonriendo, lo que producía el bello efecto de un arco iris en medio de la lluvia.
Pero esta mujer lloraba a la antigua, probablemente por alguna falla en su proceso evolutivo. A la larga el fenómeno logró despertar la curiosidad de un antropólogo que por allí pasaba; se puso a tomar fotos de ese ejemplar de homo plorans vivito y moqueando, y luego encendió su grabador para la entrevista:
¿Por qué llorás?
¿Por qué se ríen?
Este tipo de respuesta, consistente en retrucar con otra pregunta, lo arraigó en su convencimiento de que la mentalidad de las pasadas generaciones se ubicaba en un estadio inferior.
La risa es benéfica, - condescendió a explicar - saludable para el cuerpo y el espíritu. Además de constituir un fundamento filosófico que permite encarar positivamente la vida. Por eso nuestro país se llama Argentina, nombre que es como un sonido de cascabeles, que evoca la risa. Sólo concebimos llorar como juego en las salas de realidad virtual; ejercicio lúdico que contribuye, por otra parte, a mantener limpios nuestros lacrimales (resto de la antigua conformación del cuerpo humano).
Pero yo lloro porque me siento angustiada. - consiguió articular la mujer entre sollozo y sollozo, ofreciendo el indecente espectáculo de una nariz enrojecida y mejillas húmedas como piso recién baldeado . - Todo lo que veo, lo que oigo: asesinatos, guerras, injusticias, estafas, plagas, cataclismos, todo me entristece profundamente y no puedo evitarlo.
Tipo de sensibilidad completamente fuera de curso en el mundo actual, equiparable a los afilados caninos y la hirsutez del hombre de las cavernas, - dictaminó el científico apagando el grabador. Estaba pensando en el pago que le propondría a esta demeurée para que se prestase a ciertos experimentos ilustrativos de su próximo libro sobre las mutaciones genéticas en los últimos siglos.
(c) Paulina Juszko
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