(Auckland) Emiliano Darío Néspola
Desde el atentado del 11 de Septiembre de 2001 el contexto internacional se ha modificado y ha recreado un “nuevo orden mundial”. América Latina no esta fuera de este cambio y aun se encuentra en el proceso del mismo. Todos los países Latinoamericanos son casi siempre tipificados en el contexto internacional como cercanos, política y económicamente, a los Estados Unidos. Pero la realidad actual marca que la región latinoamericana se está aproximando cada vez mas al lejano y “nuevo” continente: Oceanía. Y esto es parte del cambio.
Tengo veinticinco años y hace mas de un año que trabajo como “Enlace con América Latina” para Auckland English Academy, una tradicional institución educativa en Nueva Zelanda. Sí, un país de tan solo cuatro millones de habitantes y sin fronteras limítrofes en común con ningún país. Constituido por dos islas en el medio del océano Pacifico, si bien tiene una cercanía con Australia, conserva su postura independiente en el ámbito internacional. Ostenta, además, un muy bajo índice de desempleo (4.0% la mas baja en el país desde Marzo de 1987), una economía creciente y una clara política internacional a largo plazo.
Lo que sucede es que Nueva Zelanda viene haciendo bien los deberes hace mucho tiempo, a pesar de ser un país relativamente nuevo en comparación con los estados europeos y también los latinoamericanos.
Educación
El Ministerio de Educación de Nueva Zelanda encaró una agresiva estrategia en el área y curiosamente tomó como uno de los campos prioritarios para el desarrollo de nuevas relaciones educacionales y culturales, a los países latinoamericanos. Esto resulta curioso porque, hasta hace dos años, sólo China y en segundo orden, el resto de los países asiáticos, eran los únicos focos de la “industria” educativa neocelandesa.
Sería ingenuo pensar que esta es tan solo una iniciativa en el campo educacional. Otra agencia gubernamental denominada “New Zealand Trade & Enterprise”, tiene a su cargo la promoción del país en diversas áreas y regiones internacionales; también está invirtiendo gran esfuerzo en Latinoamérica con especial empeño y profesionalidad.
Pero, para sociedades como las Latinoamericanas, lo interesante son las estrategias planificadas a largo plazo: por eso hablamos de resultados a 15 – 25 años en el futuro. En el caso del Ministerio de Educación, su ministro Trevor Mallard, estará encargado en los venideros cuatro años de administrar la suma de NZ$40 millones (NZ$1 = US$0.60 aprox.) que serán invertidos en un programa educacional que pretende resultados a corto, mediano y largo plazo, es decir hasta 25 años. Esto busca generar relaciones estratégicas con países claves como China e inclusive varios países latinoamericanos también.
Esto no es solo una improvisación para incentivar la educación que es una de las más importantes actividades del país, más allá de que la educación internacional como industria genera en New Zealand un ingreso de NZ$2 billones por año. Esto, como ya se mencionó, tiene una estrategia a largo plazo. Analicemos por ejemplo algunos de los puntos pretendidos por a través de esta tremenda iniciativa:
· 1. - Recibimiento de estudiantes de los mencionados países. Para la obtención de mayor cultura social y aprendizaje de nuevas ideas gracias al intercambio
· 2. - Desarrollo de sociedades académicas a largo plazo con países claves, regiones y organizaciones internacionales.
· 3. - Incrementar la diversidad de nacionalidades
· 4. - Profundizar el desarrollo de relaciones con estos “países claves” y sus futuros lideres
Esto pretende generar un cambio radical a largo plazo en la mismísima sociedad neocelandesa. Abrirse a nuevas culturas y cooptar las “mentes brillantes” para generar un exitoso y provechoso intercambio cultural. Esto busca además mantener una actualización del sistema educativo local tomando lo nuevo y mejor de los otros sistemas y así lograr un estable y competitivo producto internacionalmente. No olvidemos que Nueva Zelanda compite con los más grandes cuando se trata de educación internacional en el habla inglesa. Eso demanda fuertes y agresivas iniciativas para mantenerse decentemente en el listado de opciones.
Llamativo es también que como nuevo país, en el mundo, es un nuevo destino para Latinoamérica también, esto es en turismo y mucho mas como país donde planificar un posgrado o mismo un curso intensivo de inglés. En efecto, durante el año 2003 y en lo que va del 2004, Nueva Zelanda fue cobrando cada vez más popularidad.
Respecto del segundo punto arriba mencionado, debe quedar en claro que lo que se pretende no es mantener el mismo ingreso para el año entrante, pues eso sería muy ingenuo. Precisamente, lo que se busca es algo mucho más complejo y tiene que ver con relaciones de intercambio educativo y cultural rígidas y pensadas a un largo plazo. Es interesante poner de relieve que cuando se mencionan “regiones” sin duda se hace referencia al bloque latinoamericano y a pesar de que toman a todo el área como un único bloque, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda tiene representantes diplomático en cada uno de los respectivos países que conforman la región. Sin duda esto puede dar lugar a pensar y plantear estrategias individuales para cada uno de los países latinoamericanos.
El tercer punto, se refiere a una política inmigratoria también. En los últimos diez años Nueva Zelanda ha recibido un claro oleaje asiático que básicamente se estableció en Auckland y aledaños. En la actualidad, se pretende generar un balance de nacionalidades fomentando la inmigración de origen europeo y también latinoamericano. Lo interesante de este punto es que esta política nacional se refleja también en las universidades y hasta en las instituciones educativas más pequeñas del país, con lo cual se crea aún más curiosidad y pretensiones de acercamiento con personas latinoamericanas desde distintos ámbitos ejecutivos, llamado “nationality balance”.
Finalmente, uno de los puntos más interesantes, por cierto, es el que busca establecer relaciones con los futuros lideres de estos países clave. Se trata de lograr, por ejemplo, que un joven de veinticinco años, que terminó su carrera de grado y tuvo sus primeros años de experiencia laboral en su país natal, decida comenzar un posgrado en Nueva Zelanda; el objetivo es insertarlo y conectarlo con la sociedad para que también trabaje en el país durante y una vez terminado su posgrado. Así pues, este joven regresaría a su país natal a los treinta años, aproximadamente. La estrategia está en apostar a que este joven el día de mañana sea parte de la clase dirigente de su país y se desarrollen proyectos conjuntos con sus pares “kiwis” (neocelandeses).
¿Que sucede en estos días?
Algo ya expresamos más arriba. Se trata de iniciativas que exceden el ámbito y las instancias gubernamentales; es –precisamente- el rol que desempeñan las grandes y millonarias universidades así como también las tradicionales y exclusivas academias de inglés.
Podría argumentarse que estas entidades educativas solamente siguen y acompañan una iniciativa gubernamental. Pero en realidad los factores son otros y para ser más precisos, podemos mencionar básicamente a dos: el balance de nacionalidades, ya se mencionó, que en el caso del gobierno, se trata de una política inmigratoria. Por el contrario, las instituciones educativas logran incentivar otros mercados. Es decir no es lo mismo una institución que tenga la mayoría de sus estudiantes internacionales de origen asiático que otra cuya mixtura comprenda también a personas europeas y latinoamericanas. Esto genera mayor diversidad, intercambio, dinamismo, y a su vez, estimula otros mercados como el japonés y chino, aunque este último, por el momento, esté en un impasse. Este punto da pie a la segunda razón por la cual las instituciones educativas coinciden con el rumbo de la política gubernamental: se refiere a la caída de China como mercado para Nueva Zelanda. Tanto Australia como Europa tomaron ventajas de las últimas y rápidas aperturas de la gran China al mercado mundial, y generaron facilidades para los ciudadanos chinos que desearan estudiar en sus respectivos países, otorgándoles créditos de estudio, facilidad de visas, mayor variedad y opciones en términos académicos, etc. Estas medidas no han sido llevadas a cabo por Nueva Zelanda.
Hasta aquí hay una clara contradicción entonces: Nueva Zelanda sigue teniendo a China como un mercado prioritario pero sin embargo no se adapta a muchos cambios que debería aplicar urgentemente. Es por eso que Latinoamérica toma un papel primordial y sin querer asume un rol protagonista en esta partida.
Feedback
Esto da lugar a hacer mención de cual es el feedback que la región latinoamericana le da a Nueva Zelanda.
Se trata de un cambio de mentalidad y la búsqueda de nuevos destinos. Cuando en América Latina se investiga acerca de los lugares para aprender Inglés, obtener cierta experiencia laboral y ya como pensamiento mas avanzado, hacer la carrera de grado o posgrado, Nueva Zelanda adquiere cada vez una preferencia más fuerte. Es que este país parece no llevar su nombre por casualidad, porque cada día adquiere más preeminencia internacional, como destino, por el hecho de ser algo nuevo y casi no explorado.
Por estas razones, los latinoamericanos están mirando esta parte del mundo cada vez con mas interés que otras. Cuentan también factores como la seguridad, estabilidad y posibilidades de desarrollo.
La seguridad, como factor, merece un párrafo al margen. Dos razones, el ya mencionado atentado, y esto es a escala internacional. Y ya como punto mas bajado a la realidad latinoamericana la inseguridad que se vive con respecto a la vida cotidiana, asaltos, secuestros, etc. Eso en Nueva Zelanda aun no existe.
Más allá de las visiones generales, cada país latinoamericano encara una relación e intercambio cultural distintos con Nueva Zelanda. Hasta el momento los mejores posicionados, en términos de acuerdos bilaterales y de reciprocidad son: Argentina, Chile y Uruguay. Son los únicos tres del bloque que firmaron el acuerdo reciproco de Working & Holiday Visas con Nueva Zelanda. En breve, implica que un cupo limitado de ambas partes de jóvenes de entre 18 y 30 años, pueden vivir durante doce meses en el otro país con derecho a trabajar, todo el año, y estudiar, por tres meses. Altas fuentes del gobierno neocelandés comentan también que próximamente serán Perú, Brasil y México los beneficiados y ya hay filas de jóvenes esperando.
Brasil es una suerte de “niña bonita” en este entorno, pues todo el mundo quiere tenerlo, aunque nadie puede. Pero aún allí se esta avanzando poco a poco y el feedback con el gobierno brasileño todavía no alcanza los niveles deseados. El año pasado durante el mes de agosto, un comité del gobierno del estado de Río de Janeiro, visitó Auckland, y expusieron una presentación para promocionar el país y específicamente al estado de Río: “Brazil comes to New Zealand”. Fue interesante el intercambio que lentamente se va generando entre ambos países. En efecto, hay mucho interés de jóvenes, de hecho hay varios brasileños en Nueva Zelanda y también agentes de intercambio en Brasil han manifestado mucho interés visitando y enviando estudiantes.
Colombia esta también cada día mas cerca de Nueva Zelanda pero no parece haber feedback por parte del gobierno colombiano tampoco, pese a que sus ciudadanos están interesados y cada día son más los que llegan a las “dos islas pacificas”. Pero, lamentablemente, los ciudadanos colombianos no tienen facilidad de acceso al mundo por razones de “mala fama”, que muchas veces constituyen prejuicios infundados. Sin embargo el Servicio de Inmigraciones de Nueva Zelanda parece ser más “openmind” con respecto a ellos, lo cual es muy bueno para ambas partes. Colombia es un gran país y muchos de sus jóvenes merecen la oportunidad de vivir la experiencia enriquecedora de estudiar en Nueva Zelanda.
El resto de América Latina mayormente es un campo por explorar si bien no se puede negar actuales actividades y relaciones diplomáticas con México principalmente, donde la agencia mencionada, “New Zealand Trade & Enterprise” está haciendo un cuidadoso trabajo. Esperemos ver mas relaciones con este gran país en los venideros 25 años.
¿Adónde van las relaciones entre Nueva Zelanda y América Latina?
Nueva Zelanda está dispuesta a ir lejos y profundizar el encuentro, pero no abrirá sus puertas a cualquiera: Todo depende del feeback..
Las universidades en Nueva Zelanda no admiten a estudiantes solamente porque paguen su matricula, ni tampoco la carrera completa. Es necesario tener méritos académicos y sobre todo mucha voluntad de estudio y apoyo académico de instituciones locales.
Asimimo, el Servicio de Inmigraciones de Nueva Zelanda investiga rigurosamente los aplicantes de las distintas visas que ofrece. Y la realidad es que la tan preciada Residencia de Nueva Zelanda cada día es más dificultosa de conseguir.
De nuevo es preciso un buen feedback pero que sea correcto.
Conclusión
Este es un momento propicio para que los países de América Latina abran sus ojos. En primer lugar, sería deseable que todos se unan aunque no todos hablen el mismo idioma; porque es la forma de construir un único bloque sólido y estable.
En segundo lugar, tener otros mercados con quien negociar y que no sean siempre los “mismos”, les daría mayor libertad de acción y opción. Esto seria ideal para los países de la región.
Nueva Zelanda y América Latina deben seguir incrementando sus relaciones comerciales, educativas y culturales para desarrollar así un fuerte lazo de relaciones internacionales.
Fuente de información: www.minedu.govt.nz/goto/international
(c) Emiliano Darío Néspola:
Sobre el autor:
-Background en Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas,
Universidad de Palermo, Argentina.-
-Actualmente residiendo en Nueva Zelanda como “Project Manager” (Latino América) para Auckland English Academy (www.english.co.nz)
-Dos misiones a Latinoamérica durante el 2004.-
-Email: enespola@english.co.nz
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