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(Buenos Aires)
Se puede ver en la Fundación Proa del Barrio de la Boca la muestra "Casi todo" del artista italiano Alighiero Boetti. En galería de imágenes se publican algunas fotografías de sus obras y textos del artista.
A continuación se transcribe un diálogo entre los curadores, que pone de manifiesto a Boetti como un artista pionero para la cultura contemporánea.
Diálogo entre Giacinto Di Pietrantonio y Corrado Levi, Curadores de la exhibición de Alighiero Boetti “Casi Todo”
Corrado Levi: ¿Qué puede representar hoy una muestra de Boetti?
Giacinto Di Pietrantonio: Alighiero Boetti puede representar “Casi Todo”, el cómo y el por qué.
C.L.: Lo que vive, lo que está muerto, como dice Croce de Hegel.
G.D.P.: Boetti ha sido y es todavía un artista pionero para la cultura contemporánea, tanto por su trabajo desde el punto de vista formal como especialmente por el modo de considerar el arte y la vida. Basta con pensar cuánto su trabajo ha influido en artistas mas jóvenes que empezaron a trabajar entre el final de los años ‘80 y el principio de los ‘90, artistas como Stefano Arienti en Italia o en el exterior Félix Gonzalez Torres y Jonathan Monk, que retomaron su lección de unir un vocabulario conceptual con elementos mas personales, íntimos, de la existencia.Y todo esto siempre con levedad. Montar una exposición de Boetti significa definir no solo el artista, sino también nuestra misma contemporaneidad, que Boetti nos sugirió como antiretórica y anticonmemorativa. Boetti inventó un modo de proceder y de trabajar al cual muchos miraron tanto desde el arte —pensemos, por ejemplo, en la cultura posmoderna y Francesco Clemente— como desde la vida en general, pensemos cuán acertadas son sus indicaciones acerca de oriente, y en sus viajes a Afganistán, adonde iba a encargar sus tapices.
C.L.: El aspecto personal es una clave muy importante tanto en su trabajo como en esta exposición. Para mí Alighiero ha sido tantas cosas: un guía, un maestro, un amigo, la primera exposición; por lo cual cuando me pediste colaborar en este proyecto, para mí ha sido una emoción. Con este sentido del amor, de agradecimiento y de amistad, la exposición se transforma también en una aventura entre amigos, una palabra bella e importante.
Uno de los aspectos fundamentales de su actualidad es haber remitido su hacer a su persona, es decir la importancia dada al cuerpo: en obras como Gemelli (Gemelos) de 1968 o Scrivere con la sinistra é disegnare (Escribir con la izquierda es dibujar) de 1979 —y otras más— su mismo cuerpo entra en la obra. Es un hecho nuevo e importante, porque los años ‘70 fueron la época en la cual los primeros movimientos de liberación adoptaron la subjetividad como unidad de medida del mundo. Partir de uno mismo significa adoptar un modo de proceder que no puede ser evaluado según los criterios de las verdades que gobiernan el ámbito de las ciencias, de la historia o de la política tradicional. Y esto es un aspecto central de todo el trabajo de Alighiero Boetti.
Y además la exposición tiene un significado hoy muy importante porque, en un mundo aproximativo, de grosera comunicación y arrogancia, prestar atención a la teoría de Boetti y a sus tensiones es un desafío, un pensamiento al cual aferrarse.
G.D.P.: “Subjetividad”puede significar asumir sus responsabilidades sin delegar a los demás o mejor, delegar quedándose en si mismo. Boetti puso como uno de los centros de su método el delegar: el hacer de los otros se convertía en su hacer y viceversa. La relación entre identidad y alteridad, entre singularidad y pluralidad de las conciencias es una temática con que Boetti anticipó un debate que es hoy una moda además de una necesidad. Obras como Mettere al mondo il mondo (Traer al mundo el mundo) significan precisamente extender la subjetividad en el espacio entre sí y el otro y más allá, compartiendo con el mundo entero. Este trabajo logra contemplar, al mismo tiempo y con la misma intensidad, el sí mismo y el mundo externo, así como en el caso de sus mapas que son una mediación entre individualidad y colectividad.
Todavía, la idea de subjetividad de Boetti no era un replegarse en sí mismo, un cerrarse en privado, un psicologismo, un aislarse del mundo, si no un asumir responsabilidades hacia y en el mundo. Las formas de colaborar empezadas por Boetti han devenido hoy una forma común para las nuevas generaciones. El hecho que estamos grabando esta conversación el mismo día que Harald Szeemann dicta una conferencia acá en la GAMeC, me lleva a una ulterior reflexión que parte de la exposición When attitudes become form (Cuando las actitudes se convierten en forma)— curada por Szeemann en la Kunsthalle de Berna (1969), una colectiva donde participaba también Boetti— para llegar a la exposición itinerante curada por Philippe Vergne— primero en el Walker Art Center de Minneapolis y después en la Fundación Sandretto Re Rebaudengo de Turín— la cual, parafraseando el título de la exhibición de Szeemann, ha sido titulada Art in the Global Era, How Latitudes Become Forms (Arte en la era global, cuando las latitudes se convierten en formas). Las dos exposiciones son testigo del tiempo: en la primera las actitudes —o sea el individuo— son puestas en el centro como experiencia del mundo a partir de los años ‘60, y en la segunda, la geopolítica de la globalización con las latitudes del multiculturalismo son puestas en el centro de la vida actual. Lo que llama la atención en este recorrido, es como el trabajo de Boetti tiene que ver con las actitudes, encargaba la realización de la mayoría de sus obras a otros, poniendo así a prueba sus actitudes para el dibujo, para el bordado, etc.—y al mismo tiempo con las latitudes— pensemos en el interés que ya sentía por el Oriente mas de treinta años atrás. Alighiero Boetti trabajó tanto con las actitudes como con las latitudes y esta es una ulterior confirmación de cuanto él marcó profundamente la historia artística de los últimos treinta años. Algo que lo vuelve fuerte y actual es la naturalidad, la levedad, con que indagó estos polos de la existencia humana: sin hacer explícitas declaraciones ideológicas o políticas, dio forma de arte y de vida tanto a la creatividad —las actitudes— de distintas personas, niveles y técnicas, la creatividad de todos y todo, o de casi todo, como a las latitudes, a la Eurasia que nunca nombró directamente. “Creatividad de todos” y “Eurasia” son temas queridos de Joseph Beuys un artista muy diferente a Boetti y sin embargo de igual lucidez para descubrir y practicar campos parecidos y mostrar una forma diferente de actualidad.
C.L.: Quisiera llevar al límite lo que dijiste: Boetti puso en relación su subjetividad y el mundo, operó de forma tal que el mundo, como lugar de la expresión de múltiples actitudes, deviniera su mismo laboratorio, exaltación de las diversidades y no forma de colonización. Por esto aún hoy Boetti se desliza del arte a la vida y viceversa.
Cambiando de tema, ¿cual es la obra de Alighiero que más te gusta?
G.D.P.: es difícil decirlo, porque Boetti es un artista muy rico y sus obras y formas no son formas afines a si mismas sino actitudes de pensamiento y de vida. Todo su trabajo es una celebración de la diferencia: cada serie de obras es distinta de la otra y, aunque haya un hilo rojo que las ata, frente a una obra suya, si no sabés que es de él, puede ocurrirte pensar que es de otro artista.
Su traer al mundo no solo la subjetividad sino también “las subjetividades” es una anticipación de la condición posmoderna. Un tema que se evidencia no solo en la diferencia formal de las distintas series de obras sino especialmente en los pequeños tapices con las frases, en el principio de “hacer cuadrar las palabras”. Hace algunos días atrás, charlando de la exposición con amigos, empezamos a citar las frases que Boetti había “inventado” y bordado en los pequeños tapices, pero no pudimos recordar cuales eran las suyas y cuales tenían otra proveniencia. Después he verificado y he constatado que muchas de aquella frases non eran de él, pero resonaban en nuestras mentes como si hubieran sido de él y solo de él: este hecho me hizo pensar que las frases de Boetti y la técnica del bordado funcionan de la misma manera, o sea, evidencian las cualidades del anonimato, y esto confiere subjetividad al laboratorio-mundo.
C.L.: ¿Qué es al final lo que une entre ellas todas las obras? La discreción de los signos y la exuberancia de la belleza: y esto, así como el arte, es un misterio.
G.D.P.: Podemos decir que, si existe un estilo Boetti, es un no-estilo o mejor dicho, se puede definir como un estilo libre: también por esto Alighiero anticipó los tiempos. Hasta los años ‘80, la cultura se basaba en contraposiciones muy rígidas: el Arte Conceptual, por ejemplo, se oponía a la pintura y la negaba. Los artistas tenían que ser reconocidos por su estilo, considerado una marca de garantía. A partir de los años ‘90 —años de la segunda reevaluación de Boetti, la primera había empezado ya en los años ‘80— los artistas derribaron todas las barreras en el uso de distintos medios y estilos. Hoy son admitidas todas las prácticas y técnicas y los artistas pasan de la pintura al video, de la escultura a la instalación.
Creo que una de las más profundas herencias que este artista nos ha dejado es la enseñanza con estilo de la libertad de estilo.
C.L.: Partir de sí mismo y del mundo como laboratorio, y atravesar todas la prácticas que dijimos, en el fondo hace confiar en la inteligencia de los otros. ¿Conocés la historia de la serie Todo?. Parece que él dijo a sus colaboradores “vayan a comprar revistas” y uno de sus colaboradores le preguntó “¿cuáles?” , “todas” contestó Alighiero. Cuando volvieron con las revistas Boetti dice “ahora corten las figuras”, “¿cuáles?” preguntó el asistente. “Todas”.
¿Era él quien contaba esta historia o es un invento mío, que yo he elaborado sin darme cuenta?
G.D.P.: Aún si fuera tu invento, de todas maneras es plausible, porque es parte del procedimiento de Boetti —lo que decíamos antes— procedimiento que legitima estas frases en nuestra mente y nos hace creer suyas frases de los tapices que no lo eran. También me gusta mucho resaltar la relación que él establecía entre subjetividad y objetividad, pensemos en obras como Ordine e disordine (Orden y desorden) o I mille fiumi piú lunghi del mondo (Los mil ríos más largos del mundo): en ellas la subjetividad pone en tela de juicio los parámetros “objetivos” de la ciencia o de la clasificación geográfica.
C.L.: Un recuerdo más, esta vez real. Estábamos en Afganistán en los años ‘70 y nos encontrábamos en aquel famoso paso que conduce a la China en el medio de una tormenta de nieve, las furgonetas paradas, todo bloqueado, la gente en la carretera; hacía tanto frío que tuvimos que envolvernos en los tapices que habíamos comprado. Hablábamos de arte y Alighiero decía que quería hacer un mapamundi en relieve, una fusión de bronce, y discutiendo de cuanto podía costar hacer un trabajo así, salieron sumas tan altas en comparación con el costo de la vida del lugar, que él dijo:”Pero como todo es absurdo”. También en este caso confrontó el arte con la vida, y esto nos da también el sentido de su riqueza humana.
G.D.P.: ¿Cual es la frase de Boetti que más te gusta?
C.L.: NON PARTO E NON RESTO (no parto y no me quedo). Porque no sé donde estoy. ¿Y a vos?
G.D.P.: METTERE AL MONDO IL MONDO (traer al mundo el mundo)
C.L.: ¿Sabías que las feministas lo adoptaron como su eslogan?
G.D.P.: No, no lo sabía.
C.L.: Cuando una vez dije esto a un grupo de feministas mecontestaron: ”No, lo inventamos nosotras”. Me quedé callado.
G.D.P.: METTERE AL MONDO IL MONDO (traer al mundo el mundo) es mi frase preferida, porque entraña toda la plenitud de su trabajo y más destaca el hecho que el arte es creación y no producción.
C.L.: Tal vez todos los grandes artistas “traen al mundo el mundo”. Con respecto a esto, veo una analogía con Paul Klee: él también propuso una metodología del hacer un método de operatividad. Además, en el trabajo de Boetti, las palabras son integradas a la obra, se convierten en un lugar de relación entre escritura e imágen.
G.D.P.: Muchas de las frases de los tapices son también títulos de otras obras, como por ejemplo NIENTE DA VEDERE NIENTE DA NASCONDERE (nada por ver nada por ocultar), y esto establece una ulterior relación, nueva, con el método tautológico.
C.L.: La exposición no está estructurada ni según un criterio estrictamente cronológico, ni desde un punto de vista temático, y esto me parece ser su punto fuerte: cada obra adquiere la envergadura adecuada y es valorada por sí misma, fuera del clásico planteamiento sistemático, así que el visitante puede atravesar las salas pensando.
Al final de este recorrido marcado por la libertad, se encuentra la síntesis de la última sala, donde está una obra compuesta de ochenta y dos hojas y que resume todo su trabajo: Boetti rediseñó gran parte de su carrera hasta entonces, miniaturizándola y haciéndola transportable. De esta manera hay exhibidas también obras que no están físicamente presentes!
G.D.P.: En la exposición están también algunas esculturas de los años ‘70 que reproducen en escala ciertas obras históricas de Alighiero Boetti como Zigzag (1966) o Dama (1967).
Otro aspecto que intentamos resaltar en el concepto de esta exposición, fue lo de la ejecución por parte del mismo Boetti de sus trabajos, un amplio componente de su obra y que muy frecuentemente es olvidado a favor del tema de la ejecución por parte de terceros. En la exposición hay muchas obras realizadas por él, como la serie Tra sé e sé (Entre sí), los dibujos de 1964, el friso de la Bienal de Venecia del 1990, Donna oro rosso (Mujer oro rojo) de 1989 y muchos más.
Yo creo que la obra misma de Boetti necesita ser mostrada fuera de modelos cronológicos y/o temáticos, porque durante toda su carrera él volvió frecuentemente a los mismos motivos proponiéndolos cada vez bajo una nueva luz, o retomó cosas del pasado invirtiendo el transcurso del tiempo según una nueva concepción de pasado presente y futuro. El mismo título de la exposición “Alighiero Boetti-Casi Todo” es, al mismo tiempo, tanto un comentario irónico de la oportunidad y la posibilidad de realizar una antología “completa”del trabajo de un artista tan complejo y articulado, como una referencia a su fantástico deseo de abarcar el mundo en su totalidad. Si bien tiene las características de la selección, hecho inevitable de cualquier exhibición, quisiera que esta mantuviese y transmitiese un poco del sentimiento que Alighiero Boetti sentía hacia el “todo”, entendiendo la heterogeneidad de las cosas no sólo en el espacio sino también en el tiempo, su coexistencia alegre no sólo en la realidad del presente sino también y especialmente, de un sitio para el otro, en la vida de la humanidad y en la historia de su creatividad.
Llevando adelante al mismo tiempo “viejos” y “nuevos” inventos, Boetti pone en tela de juicio el trayecto lineal del tiempo haciendo convivir, a la manera de Borges, distintos niveles temporales y culturales.
C.L.: Es muy interesante porque me acuerdo que los artistas del Arte Povera solían leer El Aleph de Borges y Teoría de la forma y figuración de Paul Klee.
G.D.P.: A propósito de Borges y de la Argentina, país donde nació el escritor, puede no ser una casualidad que la exposición Alighiero Boetti-Casi Todo, proveniente de Italia, viaja hacia Buenos Aires para ser montada en la Fundación PROA.
Fue Alighiero mismo que usó la metáfora de la biblioteca borgiana hablando de su trabajo cuando dijo: “Ahora me ocupo de tapices afganos o persas o en todo caso muy parecidos a aquellos que Temerlano, Atila, Gengis Khan ponían bajo su montura para cabalgar sus caballos tártaros. Son tapices muy coloridos, con letras. Las letras, si se quiere, se pueden leer; no significan mucho pero no podrían significar más: entre la tierra y el cielo —inesperado— hacer cuadrar todo —el silencio es oro— tal vez luna tal vez sol- las mismas cosas que se encuentran abriendo las páginas de cualquier libro: la Biblia, el Corán, el Capital, Pinocho, Alicia en el país de las maravillas, Ulises, Moby Dick de una biblioteca borgiana”.
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imágenes:
arriba: Sin título, Alighiero Boetti, Bordado s/ tapiz, 101 x 113 cm
Col. privada, Roma
abajo: Gemelos, Alighiero Boetti, postal (frente), 14,15 x 10,5 cm
Col. Privada, París
Fundación Proa: Av. Pedro de Mendoza 1929 y Caminito
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