(Buenos Aires)
En ocasión del Centenario de Candido Portinari se organiza esta exhibición para ser presentada en Buenos Aires en las salas de Fundación Proa que preside Adriana Ronsenberg.
El eje central de la muestra es una mirada abarcativa de la producción del artista a través de los diferentes medios y técnicas que utilizó a lo largo de su carrera, donde se aprecia su diversidad y profundidad creativa.
Portinari junto a otros artistas de nuestro continente incorporó en su trabajo el conocimiento de las primeras vanguardias del Siglo XX. La idea de producir “arte para el arte” penetró su mundo y apeló a estos principios en su obra. Pero en esos años estos conocimientos lejanos de los contextos sociales donde se producían, plantearon en estos maestros el tema del arte con sentido social, sus límites y sus alcances.
Algunas de las pinturas que integran la muestra en la Fundación Proa recuerdan relatos del escritor brasileño Jorge Amado donde refleja la ciudad de Bahía. Portinari ha pintado la miseria, lha retratado a los desposeídos, apuntando a sensibilizar con el arte.
Generaciones formadas en las nuevas corrientes de vanguardia reflexionaban sobre su entorno. También el contenido social del arte imperó mas tardíamente en estos movimientos ligados al nacimiento de los ideales de izquierda y en la posibilidad de ayudar a los pueblos, desde cada lugar, a vivir en un mundo mejor.
De ahí que en su conferencia “Sentido social del arte” (1947) sabiamente describe los principios del conflicto y plantea: “Los pintores que desean hacer arte social y que aman la belleza de la pintura en sí misma, son los que no olvidan que están en este mundo lleno de injusticias para formar filas al lado del pueblo, auscultando los anhelos en que éste se debate. El pintor social cree ser el intérprete del pueblo, el mensajero de sus sentimientos. Es aquél que desea la paz, la justicia y la libertad. Es aquél que cree que los hombres pueden participar de los placeres del universo.”
Candido Portinari, como Antonio Berni, Diego Rivera, y tantos otros artistas de su época retrataron los hombres y mujeres anónimos de sus pueblos. Encontraron la belleza del hombre universal en su trabajo, rodeado de los objetos de su entorno, con sus ropas y habitats que transformaron la mirada estética de la pintura y consagraron nuevas formas de apreciación. Valorizaron colores y composiciones domésticas de sectores sociales marginados que enriquecieron la apreciación estética abriendo nuevos caminos de experimentación.
Desde una mirada retrospectiva apreciamos como este nuevo universo estético abrió campos que hasta el presente buscan en estos maestros fuentes de aprendizaje y crítica. Más allá de este genuino esfuerzo no podemos dejar de evaluar cuánto el arte ha ayudado a cambiar el mundo de estos seres marginados. En el presente la búsqueda de justicia sigue siendo pensamiento en el arte.
Es por eso que Candido Portinari se convierte en maestro de nuevas generaciones donde se puede recurrir a sus trabajos y encontrar respuestas históricas a problemas universales.
Esta muestra y el catálogo se propone desde una mirada contemporánea informar y valorizar a uno de los grandes maestros de la pintura de nuestro continente.
Todo este proyecto está logrado por el equipo de gente que ha trabajado desde las instituciones organizadoras: la Fundación Centro de Estudos Brasileiros, el Projeto Portinari, las autoridades de ambos países y el aporte de los investigadores e intelectuales presente en las páginas del catálogo realizado en esta oportunidad, con el respaldo incondicional de la empresa Petrobras.
Una biografía de Candido Portinari
29 de diciembre de 1903
Nace Candido Portinari en la ciudad de Brodowsqui, en el estado de San Pablo.
1919
Ingresa como alumno libre en la Escuela de Bellas Artes de Río de Janeiro.
1922
Presenta su obra Retrato del Escultor Paulo Mazucchelli en el Salón Nacional de Bellas Artes, con la que obtiene una mención de honor.
1928
Con el Retrato del Poeta Olegário Mariano, obtiene el Premio Viaje a Europa. Un mes antes de viajar, hace en el Palace Hotel de Rio de Janeiro su primera exposición individual, con 25 retratos.
1929
Portinari llega a Europa. Se aproxima al medio artístico parisiense y ve y estudia a los grandes maestros. Diariamente recorría el Louvre, el Luxemburgo y todas las galerías. Afirmaba: “aprendo más mirando un Tiziano, un Rafael, que mirando todo el Salón de Otoño.”
1930
Comienza a centrar su interés en lo social. En París conoce a María Victoria Martinelli, la mujer con quien volvería a Brasil y que lo acompañaría durante toda su vida.
1932
Realizó la primera exposición luego de su regreso a París. Allí exhibe obras con escenas de infancia, con una temática brasileña y lírica.
1934
Con Despejados [Evacuados], Portinari, capta la vida y sus angustias, y asume su papel de pintor de un arte social.
1935
Enseña pintura en la Universidad del Distrito Federal.
Obtiene la Segunda Mención de Honor con la obra Café en la exposición internacional del Carnegie Institute de Pittsburgh, en los Estados Unidos.
Realiza los murales del nuevo edificio del Ministerio de Educación.
1939
Realiza en el Museo Nacional de Bellas Artes una de las más importantes exposiciones de su carrera, con 269 obras. Expone tres paneles en el Pabellón Brasileño en la Feria Mundial de New York. Nace su hijo João Cândido.
1940
Realiza la exposición Portinari of Brazil, en el MOMA de Nueva York.
Kent Rockwell escribe el libro Portinari – his life and art, editado por la Universidad de Chicago.
Pinta los murales para la Biblioteca del Congreso, en Washington.
1946
Expone en la Galería Charpentier de París. El gobierno francés lo condecora con la Légion d’Honneur.
1947
Portinari, Maria y João Candido viajan a Argentina, a fines de mayo. Llegan a Buenos Aires y tienen encuentros con artistas e intelectuales de izquierda del país. En julio, se inaugura en el Salón Peuser su primera exposición individual.
Agosto. Expone en el salón de la Comisión Nacional de Bellas Artes de Montevideo.
Septiembre. Portinari dicta su conferencia “Sentido social del arte” en el Instituto Verdi, en Montevideo.
Realiza el mural sobre San Francisco, para la Iglesia de Pampulha, parte del conjunto arquitectónico encomendado por Juscelino Kubitschek al arquitecto Oscar Niemeyer.
Noviembre. El gobierno Dutra recrudece la persecución de los comunistas. Portinari parte hacia Uruguay, por primera vez sin su familia, acompañado solamente por su hermana Ines, en un exilio voluntario, que se prolongará hasta junio del año siguiente.
Portinari viaja a Buenos Aires, el Centro de Estudiantes de Bellas Artes lo convoca para hablar sobre el sentido social del arte.
1948
Portinari permanece en Uruguay, donde prosigue con los estudios para el panel A Primeira Missa no Brasil [La Primera Misa en Brasil], encargado por el barón de Saavedra, director del Banco Boavista, para la nueva sede de este establecimiento financiero en Rio de Janeiro, proyectada por Oscar Niemeyer.
Junio. Portinari vuelve a Brasil.
1951
Participa en la primera Bienal de San Pablo.
1955
Recibe el premio internacional Fine arts Council de los Estados Unidos como mejor artista.
1956
Entrega los gigantescos paneles Guerra y Paz a la sede de la ONU, en Estados Unidos. Por su vinculación con el PCB, la recepción fue fría, sin la presencia de autoridades americanas y sin divulgación.
1958
Recibe el premio Ciudad de México en la Primera Bienal Interamericana.
1962
Muere el 6 de febrero a causa de una intoxicación del plomo contenido en las pinturas.
Fundación Proa: Av. Pedro de Mendoza 1929, Buenos Aires, República Argentina.
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