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“Soñando con los ojos abiertos” Dada y surrealismo en el Museo de Arte Latinoamericano
(Buenos Aires) Juan Carlos Estévez Umbral
“Lo único que todavía me exalta es la palabra libertad” dice André Breton en el Primer Manifiesto
Surrealista. “La creo capaz de mantener indefinidamente el viejo fanatismo humano. Responde, sin lugar a dudas, a mi única aspiración legítima. Entre tantos infortunios que heredamos hay que reconocer que también nos han dejado la máxima libertad espiritual. Depende de nosotros no hacer de ella un uso equivocado. Reducir la imaginación a la esclavitud, aun cuando sea en provecho de lo que se llama groseramente felicidad, significa alejarse de todo lo que, en lo más hondo de uno mismo, existe de justicia suprema. La imaginación sola me informa sobre lo que puede ser, y esto ya es suficiente para atenuar algo la horrible prohibición, y quizá también para que yo me abandone a ella sin temor de engañarme (como si hubiera posibilidad de engañarse más aún). ¿Dónde la imaginacion comienza a hacerse peligrosa y dónde cesa la seguridad del espíritu? Para el espíritu, la posibilidad de errar ¿no constituirá quizás la contingencia del bien?” Estas palabras del poeta André Breton, padre del movimiento surrealista, podrían ser un marco para la muestra “Soñando con los ojos abiertos” Dada y surrealismo, que actualmente se presenta en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Las obras expuestas pertenecen a la colección de Vera y Artura Schwarz, Museo de Israel, Jerusalén. Hay desde ready-made, el urinario expuesto como obra de arte por Marcel Duchamp, fotografías y objetos de Man Ray como “Cadeau”, o “L´ Enigme d´ Isidore Ducasse”, objetos del mismo André Breton como “Dream Objet” , fotografías de Andre Breton, Salvador Dali, Magritte, Max Ernst, Picasso, entre otros. La variedad de obras, fotografías, dibujos y pinturas abunda en esta muestra del coleccionista Arturo Schwartz quien dice en su artículo “El coleccionismo como un modo de vida”: “Coleccionar es para mí como una relación amorosa. Jamás compré algo que no me gustara sólo porque se tratara de un buen negocio. Podrían ofrecerme la mejor obra de Picasso; si no me gusta, no la compro. No soy un coleccionista, soy un amante del arte, adoro las cosas que compro porque tienen una importancia filosófica, teórica o histórica para mí. La estética no me interesa en absoluto. Lo que me motiva es lo que hay detrás de la obra. Y si la idea es lo suficientemente fuerte, la pieza será hermosa. Creo fervientemente que mis colecciones y la decisión de donarlas al país que más amo son una consecuencia casi predestinada de los acontecimientos que he vividio. Reflejan la esencia misma de mi vida, de mis estudios, creencias y pasiones. Lo que dono es tanto parte de la historia como de mí mismo; esa parte que podría encontrar su cielo sólo en Israel”. Schwartz también es bibliófilo y define su relación con la lectura así: “La lectura es, para mí, la actividad más importante, casi como hacer el amor”. El Malba también tiene entre su colección obras de artistas latinoamericanos relacionados con el surrealismo – incluyendo artistas de militancia surrealista, artistas que utilizaron técnicas surrealistas y artistas que recurrieron a imágenes surrealistas- como las de Roberto Aizemberg, Juan Batle Planas, Antonio Berni, Cícero Dias, Frida Kahlo, Wilfredo Lam, Agustín Lazo, Maira Martins, Roberto Matta, Manuel Rendón Seminario y Remedios Varo. |
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