Teatro: La casa de Bernarda Alba en el Teatro General San Martín
Con dirección de Vivi Tellas se estrenó obra de Federico García Lorca
Con dirección de Vivi Tellas se estrenó la última pieza dramática de Federico García Lorca. La obra del poeta y dramaturgo quien definiera al teatro como “la poesía que se levanta del libro y se hace humana” volvió a la escena del Teatro San Martín después de varios años. En 1977, también en el Teatro San Martín había sido dirigida por Alejandra Boero. En la puesta actual, con escenografía del pintor Guillermo Kuitca sólo una de las actrices que participaron de la puesta en 1977, Elena Tasisto, quien interpretara a una de las hijas, Magdalena, participa de la puesta actual en el personaje de Bernarda.
El clásico de García Lorca, siempre admite muchas lecturas. Se podrá leer también en esta puesta el deseo de control y la represión que no hacen más que precipitar una tragedia.
Los símbolos de la obra se van desarrollando mientras transcurre: el agua, el calor y la sed, los tres íntimamente ligados al problema de la frustración erótica de los personajes. El encierro al que somete Bernarda a sus cinco hijas después de la muerte del segundo marido, el control que quiere ejercer en esa casa mediante el cual imagina estar a salvo de habladurías y deshonras revela a un personaje débil, el que ha querido mostrar la directora, Vivi Tellas. Bernarda tampoco puede controlar a su madre, María Josefa ya dominada por una locura erótica senil, muy bien interpretada por Lucrecia Capello. En la obra de Lorca, Bernarda es mandona, dominante, avariciosa. Antes de entrar en la escena el personaje está definido por las criadas interpretadas por Mirta Busnelli como Poncia y Mausi Martínez . Nya Quesada tiene el rol de Prudencia, una visita accidental. Las hijas Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela son interpretadas por María Onetto, Muriel Santa Ana, Andrea Garrote, Carolina Fal y Mariana Anghileri. De todas las hijas, la que más acepta los ideales de clase de Bernarda es la hija mayor, Angustias. Hija del primer marido de Bernarda y la más rica es también la novia de Pepe el Romano. Es la que ve en éste las posibilidades de escapar al dominio materno. En el otro extremo, Adela, la hija menor, es la más vital, ante el encierro que suponen ocho años de luto, rompe con fuerza el mandato de la madre y enamorada de Pepe el romano mantiene relaciones amorosas con él. En esta puesta de Vivi Tellas, Bernarda no puede controlar su miedo oculto y transfigurado en deseo de dominar a las hijas y a la madre, a las criadas y a todo lo que encierra la casa. Es la debilidad del personaje principal empecinado en su ceguera, en su miedo y en su deseo de dominación el que precipita la tragedia y el suicidio de Adela. Si es eso lo que ha querido destacar la directora, lo ha logrado con creces.