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Estás aquí:  Inicio >>  Cuentos, poemas, relatos >>  Y una última pregunta. ¿Cómo viven los poetas?por María Cristina da Fonseca
 
Y una última pregunta. ¿Cómo viven los poetas?por María Cristina da Fonseca
 

Entrar en las casas de Pablo Neruda de la mano de María Cristina da Fonseca es entrar en un universo poético a través de la mirada de una escritora chilena amante de la poesía de ese grande de las letras chilenas. La autora nos introduce en las casas de Neruda: la Chascona, en Santiago de Chile, la de Isla Negra y la Sebastiana en Valparaíso, hoy convertidas en museos abiertos al público.


 Frente al mar, en islas imaginarias, colgados del aire o de la falda de los cerros viven los poetas (1). Sus casas tienen nombre, pero no se peinan.

Para llegar hasta sus puertas, es  necesario seguir el sendero de las estrellas. (Las arrancan de la noche para   hacerlas titilar en sus poemas y  dejarlas caer sobre la tierra).

Con la boca llena de preguntas me fui  a  casa de  Pablo una mañana.  El  no estaba, se había ido, me dijeron. ¿Sería cierto?

Anclado a pie de cerro, escondido en  el verdor,vi algo. No era  una casa ni  era una barca.

 El jardín relucía bajo el mal tiempo ... ¿ era ésa una simple lluvia o un nuevo diluvio?  De pronto percibí  un murmullo. Salía desde el extraño escondite . Alguien se divertía dando cuerda a muchas  cajitas de música al  mismo tiempo. El corazón me dio un vuelco. ¡Es él, es él !, adiviné.

 Siguiendo  las melodías, empujé el portón y   entré por  el húmedo congreso de paraguas que inundaba el patio. Trepando hacia  la montaña, noté  varios peldaños  ¿colocados allí para que  por ellos  en fuga  pasaran  pudúes(2),  llamas  y  otros animales del zoológico?

 Me asaltó una  duda, ¿ estaba yo  en el arca desde donde el  bestiario imaginado  por el poeta  salió al mundo?

Subí  hasta la “Sala de los Pisapapeles ” . Jardines submarinos , caletas  y aldeas de  juguete  latían bajo  sus cúpulas  transparentes.  Se contemplaban  cristales,  espuma de mar y  de esa  espuma de montaña  llamada nieve. 

 Allí también encontré  las muñecas   de porcelana con las cuales él se acompañaba en las jabonosas horas del baño . Redondo y

brillante como una pompa el mofletudo rostro del vate, de tanto flotar por el aire, había terminado por enredarse en la cabellera de una señora de dos caras, cuyo retrato colgaba de la muralla (3).

  Al mirar por un ojo de buey, me pareció percibir la presencia del  bardo en el apacible puerto de papel donde anclan  sus libros.

¡Jugaba a  navegar por entre los  muy atestados  muelles de su biblioteca! 

 Lo divisé de codos apoyados en la ventanas leyendo nubes. Trataba  tal vez de  beber un poco de cielo, para descifrar el líquido idioma de la lluvia y formar palabras con la  sopa de letras  que  caía sobre la ciudad.

De repente no lo vi más.¡Se fue al bar !, pensé y corrí hasta allí, segura de encontrarlo  con  chaqueta granate y esos pantalones negros de camarero que  guardaba en “el baúl de los disfraces “, sacándole  lustre a las copas de vidrio cuyos verdes y rojos venidos de México acentúan los poderes del  vino...

Desde un rincón ,  me observan una gruesa campesina de trapo que conserva la tibieza  del té entre las enaguas (4) y una tina con pies de niña ,donde, con la intención de hacer sonrojar el agua, se baña una sandía (5) ( Los poetas gustan de estas  frutas de corazón  abierto que callan y sonríen  cuando ellos recitan).

¿ Estaríamos Pablo y yo  jugando a las escondidas ? Tal me pareció al asomarme  hacia el comedor y divisar la punta de una chaqueta desapareciendo entre las ranuras de la alacena.(  Glotones y egoístas, los poetas buscan escondites  para saborear, tranquilos y sin convidar,  el caldillo de congrio, los anillos de cebolla , la infinita y blanca sonrisa del arroz.)

Anhelante abrí el armario donde  los platos apilaban la intensidad de sus  azules y amarillos.¡ En  alguno de esos cajones  hallaría quizás los  materiales con que  él guisaba sus poemas !

En esas gavetas se amontonaban, tal  vez, el sabor y sinsabor de sus triunfos y derrotas , la amargura de sus días clandestinos (6), el 

picor de  sus enemistades (7), la inconsistencia de sus suspiros, la sal y pimienta de sus discursos (8) .  Pero , en su interior sólo descubrí  la puerta por donde él había huido.

Me topé, entonces, con un par de zapatos gigantescos como dejados allí para indicarme el camino. Y  por los recovecos de una escala en caracol , resto de un barco hundido,  trepé hasta el segundo piso.

 No encontré allí más que silencio pero, en la luna de un espejo con rostro de japonesa  una tarjeta  decía :

“Farewell, me acaban de avisar que como no tienen donde poner al mar, piensan dejarlo frente a  mi casa  en la playa. Me voy para

 allá ...” (9).

Esa esquela escrita en tinta verde, ¿era una invitación a seguirlo ?...

“Deberías ir   hacia la residencia  de conchas y arena  que levantó frente a las rocas de “ los enamorados”, me explicaron.  Y  lo imaginé , cubierta la panza por  un  poncho rojo, recitando a coro con  las olas en una playa de piedras  en forma de corazón .

 Pero ¿ cómo podía yo seguirle hasta la falsa geografía de Isla Negra, si no encontré ninguna “porción de tierra rodeada de

 agua ”de ese color en el mapa ?

Si no quieres ir hasta  la morada cuyos vidrios hacen más azul el mar y   donde Pablo se citaba  con Jenny Lind (10) y   sus  otras novias de  madera ,  búscalo en el nido  que colgó sobre Valparaíso.

  Me imaginé  en  un alegre cerro, trepando por una  escalera de gruesos volúmenes  golpeados por el viento,    llegando hasta una casa  envuelta en la neblina, de cuya  ventanas  surgía un torrente de   páginas escritas  ...

“ Debe hacer mucho frío allí”, pensé y  me quedé sin escuchar  a los viejos ascensores porteños cuyos ejes  repiten  los versos del capitán (11). Y sin saber que  en la Sebastiana  ,  revolotea  un  pájaro de fuego  , venido desde Venezuela a entibiar  los inviernos con sus alas (12).

 

 

 

Glosario

1)La autora alude a las tres casas de Neruda – la Chascona en Santiago, la de Isla Negra en el litoral central y la Sebastiana en Valparaíso – hoy convertidas en museos abiertos al público

2)pudú = ciervo chileno.

3)Alusión al retrato de Matilde Urrutia, tercera esposa de Neruda, pintado por el célebre muralista mexicano Diego de Rivera durante su estadía en Chile en 1953.

(4)Babusca, Muñeca de trapo rusa que  funciona como cubre tetera.

(5)Cuadro de Mario Carreño, pintor de origen cubano, amigo de Neruda.

6)Perseguido por sus ideas políticas, el poeta tuvo que permanecer largas temporadas escondidos y huyendo de las autoridades de turno.

7)Neruda cultivó a lo largo de su vida una feroz enemistad con el poeta Pablo de Rohka.

8)Neruda fue  senador en 1945 y pre-candidato a la Presidencia de Chile por el Partido Comunista en 1969.

9)Farewell significa adiós en inglés y ese fue el título usado para uno de los poemas más conocidos del poeta .

10) Jenny Lind ,  uno de los varios mascarones del proa que adornan el bar de poeta en su casa de Isla Negra. famoso por que lagrimea.

11)título de una colección de poemas del vate.

12) Pájaro de Venezuela .

 

(c) María Cristina da Fonseca

 

*Editorial Cuarto Propio Colección Cuento Propio de América latina ISBN 956 -186 -2/2000. Keller 1175. Providencia. Santiago. Chile.

e-mail:cuartopropio@cuartopropio.cl

Sobre la autora: Ver datos en Galería de escritoras y escritores

 
 
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