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Diversos son los retratos existentes de los más eximios artífices de la historia literaria. Los pictóricos o fotográficos nos traen una imagen detenida en el tiempo de Quevedo, Teresa de Jesús, Octavio Paz... Las prosopografías literarias que nos quedan también a veces permiten atisbar complejidades más abstractas sobre Valle-Inclán o sobre Borges. La obra es el gran significante que nos ha dejado el autor, y es donde se plantean los debates fundamentales acerca de lo que ha legado a la posteridad. Los tres aspectos, bien por separado, bien integrados, son los que proporcionan a los lectores las claves de los significados que transmitieron. Pero… ¿y los nombres? Eduardo Scala también lee en esos significantes que abarcan todo lo expuesto para buscar algo más en su esencia. Scala ha proyectado en dos y tres dimensiones sintéticos diagramas con los nombres de estos poetas. En esta exposición (http://cvc.cervantes.es/actcult/redtratos) se recogen, en primer lugar,veintisiete “red/tratos” en los que se descubren, por procedimientos de disociación y calambur, destellos e insinuaciones de los retratados. La protagoniza Cervantes, sobre cuyo “red/trato” nos está permitido reflexionar en las siguientes secciones: Un “Cervantest” sobre el conocido retrato apócrifo de Cervantes es transición necesaria para la fuga desde el lienzo hasta el verbo; del retrato al “red/trato”. La gorguera cervantina es metáfora de la infinita multiplicidad y de la proyección centrífuga de un nombre en tercera dimensión. Llegamos a “Cervantespejo”, donde un nuevo juego verbal con el significante proporciona diversas variaciones multidireccionales del nombre de Cervantes, situadas en las seis caras de un cubo en movimiento. La música de Emiliano del Cerro y los anagramas puestos al descubierto por Scala se combinan en una interpretación digital especular. “Cervantescrito” ahonda más aún en la esencia verbal por medio de dos interpretaciones en dos dimensiones, animadas y dispuestas en bucle sobre el “red/trato” cervantino: son los “cervantesquemas” que Scala propone. Los completa una propuesta de conjugación sobre los nombres de Cervantes y su universal protagonista, Don Quijote. Finalmente, culmina la exposición con “Cervantesfera”: la pequeña ópera electrónica compuesta por Emiliano del Cerro en la que se proyectan en el espacio las diversas variaciones sobre el red/trato adelantadas en “Cervantescrito”. El tercero de los movimientos de esta obra musical, “Folía Gris”, es una invitación al paseo por el “red/trato” y al internamiento en los más escondidos ángulos de la fascinante tipografía que lo compone.
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