Como la lluvia tras los árboles, fastuosas, diminutas, atizadas, entumecidas por la noche que no debe repetirse.
Las noches son a las palabras
A José Geraldo Neres
Como la lluvia tras los árboles, fastuosas, diminutas, atizadas, entumecidas por la noche que no debe repetirse. Las noches son a las palabras una boca y el dolor. A cerrar la historia. Todavía remueves los cascotes de sangre. Una pequeña lumbre se astilla en la chimenea. ¿Deshacerme? La araña escala el hambre de la fiesta.
Villa Santa Lucía de Siracusa, Salvador María, diciembre de 2002
(c) Manuel Lozano
Sobre el autor: Ver Galería de escritoras y escritores