" Creo que los escritores se deben en gran medida a los lectores. El propósito de este programa de lecturas de poemas y de cuentos, es entonces acercar al lector al escritor, de manera que se quiebre esa distancia que a veces no nos permite formular las preguntas que quisiéramos sobre lo que hemos leído. Creo que la comunicación que se establece después de compartir una lectura, es íntima, afectiva, no sólo favorece la fantasía del lector, sino la del mismo escritor y es abiertamente promisoria para el juego de la imaginación."
Continúa el ciclo “Leemos y conversamos” en la Librería de Avila
(Buenos Aires)
En la “Librería de Avila” ubicada en Alsina al 500 continúa el ciclo dirigido por la escritora
Noemí Ulla “Leemos y conversamos” los días martes a las 18,30 Hs.
El ciclo de lectura de poemas y cuentos comenzó el martes 3 de junio con lecturas de Noemí Ulla y el poeta Ernesto Costa Perazo. El 6 de junio leyeron cuentos Araceli Otamendi y Eduardo Paz Leston. El 17 de junio participarán Cristina Siscar y Pablo Ingber y el 24 lo harán María Rosa Lojo y Marcos Montes.
El público concurre al café literario ubicado en el subsuelo de la librería y escucha los textos de los poetas y narradores luego de lo cual se abre el diálogo.
Respecto al ciclo "Leemos y conversamos" la escritora Noemi Ulla dice:
" Creo que los escritores se deben en gran medida a los lectores. El propósito de este programa de lecturas de poemas y de cuentos, es entonces acercar al lector al escritor, de manera que se quiebre esa distancia que a veces no nos permite formular las preguntas que quisiéramos sobre lo que hemos leído. Creo que la comunicación que se establece después de compartir una lectura, es íntima, afectiva, no sólo favorece la fantasía del lector, sino la del mismo escritor y es abiertamente promisoria para el juego de la imaginación."
La “Librería de Avila”, ex “Librería del Colegio” es un sitio histórico a unos pasos de la Plaza de Mayo y del edificio del Cabildo.
Ahí se daban cita Sarmiento, Mitre, Hernández, Estrada y otros pensadores. Por su cercanía con el Colegio Nacional de Buenos Aires se le asignó en ese tiempo el nombre “Librería del Colegio”. En los anaqueles del subsuelo se pueden ver actualmente primeras ediciones, libros agotados y raros, objetos antiguos. Si se mira hacia arriba hay afiches de películas argentinas y todo ello le otorga al lugar un clima excepcional. Libros actuales conviven con todo ese pasado.
Para los que buscan rincones de Buenos Aires que pertenecieron a otros siglos pero que todavía están vivos vale la pena conocer este espacio.
Crédito de la fotografía: Araceli Otamendi