“A veces creo que Dios es como el principio de la perfección. Aquello que el ser humano no puede lograr.
Pero al leer la Biblia, que trata de los desastres divinos, uno se entera de que, al principio, en el Génesis, nada funciona y todo es oscuridad.
Y lo primero es conquistar la luz...
“Las variaciones Golberg” en el Teatro San Martín
Se estrenó la obra “Las variaciones Golberg” en el Teatro San Martín.
La obra del dramaturgo George Tabori se estrenó en la Sala Martín Coronado con la interpretación de Alfredo Alcón, Fabián Vena, María Ibarreta, Pablo Rinaldi, Gabo Correa, Franco Verdoia, Marita Ballesteros, Verónica Piaggio, Santiago Predrero, Nicolás Ables, Martín Chiara, Lautaro Delgado, Sergio Grimblat, Maxi Modlavsky y Javier Van De Couter. La dirección está a cargo de Roberto Villanueva.
Según palabras del autor, nacido en 1914 en Budapest, en el seno de una familia de la alta burguesía judía y autor de novelas, además de guionista de Alfred Hitchock, Joseph Losey, Anatole Litvak y Don Siegel:
“A veces creo que Dios es como el principio de la perfección. Aquello que el ser humano no puede lograr.
Pero al leer la Biblia, que trata de los desastres divinos, uno se entera de que, al principio, en el Génesis, nada funciona y todo es oscuridad.
Y lo primero es conquistar la luz...
Igual pasa en el teatro: cuando el técnico de la iluminación se ausenta, nos quedamos sin luz.
En el principio fue el verbo, sí, pero ¿y antes de eso?
El silencio.
Ya los comienzos fueron defectuosos. Y entonces Dios crea el mundo: trabaja una semana entera, pero se olvida de su personaje central.
Se da cuenta de que algo falla y entonces crea al hombre.
Y tres días después... todavía falta algo... y entonces vino la mujer.
Y ahí comienzan verdaderamente los problemas.
Un Dios celoso que dice: “Déjense de manzanas”.
La música y dirección musical es de Oscar Edelstein. La banda de sonido incluye fragmentos delas Variaciones Golberg, de Johann Sebastián Bahc, interpretados por Glenn Gould y cuatro variaciones de las Stein by Stein, de Oscar Edelstein sobre la obra de Bach.
El vestuario estuvo a cargo de Julio Suárez, la iluminación es de Jorge Pastorino y la escenografía corresponde a Oria Puppo.