Si partimos de la convicción de estar transitando un mundo dinámico, donde lo útil y válido hoy, quizás no lo sea mañana, donde la única constante es el cambio, es necesaria una posibilidad de formación permanente que permita adecuarse a situaciones dinámicas y cambiantes.

En este contexto, algunas personas manifiestan el deseo de aprender durante gran parte de su vida y otras de mejorar o perfeccionar las competencias que les permiten enfrentar nuevas exigencias laborales.

El aprendizaje permanente, se transforma así en una puerta que permite acceder a nuevas

oportunidades, tener mejor comunicación con su entorno y posibilidades en la búsqueda de realización personal.

La educación a distancia, en este sentido, ocupa un espacio importante ya que permite

cumplir con varias de las expectativas planteadas sin necesidad de afectar la actividad laboral, sin depender de tiempos fijos o necesitar espacios especiales; es decir, hace posible aprender en tiempos y espacios adecuados a las posibilidades de cada uno.

En esta modalidad de aprender, es necesaria una revisión de los procedimientos y medios

tradicionales que se deben renovar y adaptar.

La educación a distancia ha logrado superar las dificultades de tiempo y espacio, al ofrecer métodos, técnicas y recursos que hacen posible y viable el proceso enseñanza-aprendizaje mediante el uso de nuevas tecnologías de información y comunicación. Dichas innovaciones encuentran posibilidades y limitaciones en relación con el contexto de implementación.