La sociedad de la información está generando un nuevo tipo de exclusión social que
afecta directamente a los jóvenes más pobres y marginados. La autora de este artículo
reflexiona y hace una propuesta sobre cómo trabajar desde una perspectiva socio-cultural con las nuevas tecnologías y los infractores de ley, que desarrollen en ellos habilidades comunicativas y expresivas que les facilite su posterior inserción social.
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