Me parece lo más legítimo para comenzar esta comunicación el explicar que mi acercamiento al tema proviene de la preocupación que nace de la práctica de aula: no soy especialista en medios audiovisuales y ni siquiera he trabajado en profundidad sobre ello; sin embargo, la labor en la etapa de Educación Infantil, la observación y trato diario con los niños, me hace pensar -cada vez más a menudo- en la influencia que la televisión tiene en su desarrollo.
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