Ya hace tiempo que la preocupación fundamental para enseñar lengua basado en el estudio formal de las palabras y las oraciones ha pasado aun segundo término. Hoy se hace necesario desentrañar los complejos mecanismos que regulan los usos lingüísticos. Amparo Tusón desde la etnografía de la comunicación aplicada al ámbito educativo nos propone entender el aula como escenario educativo: diferentes papeles para alumnos/as y profesores/as, aunque repartidos de forma asimétrica: quien enseña tiene que hacerse entender, tanto cuando explica como cuando plantea y regula diferentes actividades escolares. Pero para ello nos propone abandonar ciertas inercias basadas en prejuicios linguisticos sobre lo que es "hablar bien".
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