La Revolución Digital sigue su curso acelerado, cada día nuevas y sorprendentes
tecnologías son anunciadas, los usos sociales y el valor de la información y el conocimiento se acrecientan, aplicaciones cada vez más complejas se introducen en las redes. Todo ello impacta sobre la forma en que nos comunicamos e informamos y sobre las maneras de comerciar, de aprender, de investigar, de administrar, de entretenernos... ninguna esfera de la actividad social escapa a estas transformaciones.
Pero ese curso tiene una doble velocidad y diferente alcance. Vertiginoso y universal
en el Norte. Lento y excluyente en el Sur.
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