La llamada nueva violencia juvenil no siempre es nueva ni especialmente juvenil.
En cualquier caso se trata de un fenómeno claramente mediático que difícilmente tendría
sentido y entidad sin su difusión y amplificación en los medios. Estética, expresión, lenguaje, difundidos y amplificados, conforman una visión del problema en el mundo adulto que no facilita la búsqueda de las respuestas adecuadas. En cualquier caso, nos encontramos ante conductas adolescentes y jóvenes difícilmente modificables por la vía del
Código Penal.
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