La publicidad y el abuso de los medios de (in)comunicación causan efectos morales
apreciables. Urge reflexionar críticamente sobre los valores que la sofística publicitaria reproduce, y sobre los que oculta u oscurece. La divulgación educativa de una pragmática y una semántica de los discursos mediáticos favorecerá el uso creativo de los medios y contribuirá a evitar sus formas más alienantes y envilecedoras de subyugación. Se propone en este artículo que un examen racional de la sofística publicitaria, comprometido
con valores humanistas, ilustrados y emancipatorios, puede y debe enfrentar los
modos de pensar del nuevo conservadurismo postmoderno, cómplice de formas comunicativas
de dominación asociadas al fanatismo de la técnica.
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