Leer y escribir, un tema muy controvertido en los últimos tiempos, muy especialmente entre los profesores y profesoras de la recientemente generalizada Enseñaza Secundaria Obligatoria.
Dicen que no pueden dar clase, que los alumnos y alumnas no atienden, no entienden, no escuchan, no saben ni leer ni escribir. Aparece un término de nuevo cuño “los objetores escolares”, que están ahí porque “mi padre me obliga” –argumentan ellos. ¿Y cómo se puede enseñar, aprender y trabajar así? Está claro que arrinconándolos, no.
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