Uruguay es uno de los países de América Latina con mayor Eproporción de personas mayores y menor proporción de jóvenes, un país de estructura(s) demográfica claramente "envejecida". Bajo estas condiciones, es razonable pensar que nos encontramos frente a una sociedad y
una cultura inclinadas a ser dominadas por los más viejos, ya sea esto porque en una sociedad "sobre-politizada" ellos manifiestan un mayor
peso político electoral o porque efectivamente son quienes desempeñan los roles de mando y responsabilidad.
Mientras estos supuestos puedan sostenerse, nos encontramos frente a un sistema de sociedad que, apoyándose en la "experiencia" de los
mayores y mal dispuesta a fomentar el potencia] de irresponsabilidad juvenil, se hace más bien "estática", de desarrollo gradual, donde la
velocidad de¡ cambio es relativamente baja. 1
El Uruguay -se nos antoja a veces- es como un lugar "provincia¡": más comunitario que societal, más tradicional que moderno, más cerrado
sobre sí mismo queabierto al mundo. Un país de cultura rígida, intolerante a la crítica, inhibidora de cambios, lenta y pesada en tradiciones
muertas, poco elástica e inteligente como para absorber cambios y modificarse a sí misma.
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