La premisa fundamental de la que se debe partir es que la televisión educativa no pretende sustituir al profesor como sugieren ciertos autores aficionados a la ciencia-ficción. La finalidad de un canal o franja de horario educativa es complementar, ayudar y sugerir al p rofesorado, convertirse en definitiva en una herramienta de trabajo en sus manos, jamás superponerse a la labor bien definida de la pedagogía directa. La tele-visión educativa es ante todo otro medio de expresión.
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