Lo confieso: mi relación con el correo electrónico ya es insostenible. ¿Cómo podría ser de otra manera si cada vez que lo abro hay 100 mensajes por leer? Y, aunque muchos son directamente desechables (soy víctima del spaming irredento, como todos los mortales), acaba resultando que me quedan 10/15 que no me dan más que más trabajo. Lo digo porque me envían mensajes muchos lectores, y tardo mucho en contestarles, o soy muy parco al hacerlo. La razón: supervivencia. O bien me dedico a contestar sólo el correo electrónico, o hago algo más en mi trabajo. Conclusión: estoy avisando a mis compañeros y amigos que si quieren ponerse en contacto conmigo prueben con el teléfono. Curiosa situación...
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