Hace unos días tuve la ocasión de hablar en una ciudad cercana a Barcelon sobre las oportunidades que Internet ofrece a los comerciantes en general, y a los pequeños comerciantes, en particular. Algunas de las ideas que propuse entonces:
Una, para mí muy clara, es que tienen más sentido las tiendas especializadas que los centros comerciales. En otras palabras, creo que funcionan más las tiendas que ofrecen un producto muy claro, y además de manera muy diferenciada, que los centros que intentan transponer a Internet la experiencia de las superficies comerciales de la vida real. Uno compra libros en una tienda en Internet que se dedica básicamente a ello, y compra discos en otra tienda, especializada en este tema, y reserva sus billetes en una agencia de viajes virtual o directamente al operador o a la línea aérea. La experiencia positiva que en la vida real uno tiene al comprar en un "mall" (diversidad, entretenimiento, paseo, etc) se puede convertir en una experiencia negativa (desorientación, distracción, agobio, pérdida de tiempo) en un mall digital. Pero, claro, sobre gustos no hay nada escrito...
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