Por diversas razones, me he encontrado a mi mismo pensando estos días sobre lo que aquí me atrevo a denominar la "ecuación del valor del conocimiento". Se me ha ocurrido como consecuencia de estar pensando en cómo a veces los proyectos adolecen de creer más en su "ímpetu", en términos de esfuerzo y de dinero invertido en el mismo, que en su "intuición", o sea en las ideas diferenciales que les hacen distinguirse de los demás. Porque hay en Internet mucho proyecto "me-too", o sea, "yo también", proyectos que repiten lo que otros han hecho, siguiendo más la moda que un razonamiento más o menos profundo. Quizás la fiebre de los portales que nos ha invadido hace unos meses (y que parece que poco a poco va remitiendo, como debe ser), sea un buen ejemplo. Grandes empresas, organismos, o incluso pequeñas organizaciones han creído que la manera de estar en Internet era vía un portal. Pero eso ya lo criticamos otro día.