Este artículo pretende ser una muestra de las posibilidades que ofrece el lenguaje publicitario, elemento comunicador por excelencia, como fuente de estímulo hacia la aplicación y perfeccionamiento de las acciones didácticas. El beneficio, que surja de su lectura, dependerá de la valoración creativa que se efectúe de los términos y conceptos
presentados, cuyo sentido y significado podrán adecuarse y ser aprovechados en la función didáctica.
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