Este es un término que resulta hoy difícil de definir con total claridad. Por ahora, nos basta con saber que comprende aquellos conocimientos y habilidades de las personas (y, por extensión, los procesos de las organizaciones en las que aquellas trabajan) que les permiten sacar un mayor rendimiento de las tecnologías gracias a la explotación inteligente de la información. Una organización con personal informacionalmente culto tiene una ventaja respecto a otra con personal informacionalmente inculto. La cultura de la información es un factor multiplicador de la inversión en tecnologías de la información.
|