En más de una ocasión he oído como se utilizaba a Darwin como excusa para justificar los comportamientos más duros que se puedan imaginar en el tratamiento a los componentes de una empresa. Las ideas de la "supervivencia del más fuerte", de la "competencia por los recursos", y de la "evolución natural", puede que estén entre las mejores que han salido de la mente humana, pero también es cierto que su manipulación resulta hoy tremendamente fácil.
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