En la actualidad, muy cerca de comenzar un nuevo milenio, la psicología y la pedagogía vuelven a ser merodeadas por un viejo fantasma: la mente. Durante décadas, mientras el conductismo y la psicología experimental rigurosa dominaban el panorama académico, la mente humana fue considerada un epifenómeno, una anomalía o simplemente un error tanto histórico como teórico-metodológico. El auge del enfoque computacional poco ayudó a lo que esto respecta, ya que la mente, en tanto objeto de estudio, fue desvanecida o reconfigurada como "procesos cognoscitivos". Recientemente, sin embargo, el tema ha sido revisitado, enriquecido y extendido con más vigor que nunca.
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