Gardner (1991), en su libro The Unschooled Mind, comenta que, sin que haya necesidad de asignarles una calificación, todos los niños normales adquieren el idioma que hablan en su entorno. Más sorprendente aún es el hecho que niños muy pequeños que viven en un ambiente políglota pueden dominar varias lenguas. También sin gran ayuda formal los niños aprenden a cantar canciones, montar bicicletas, bailar, recordar cosas que vieron en su casa, en la carretera o en el campo. Además —aunque esto es menos visible— desarrollan poderosas teorías acerca de cómo funcionan el mundo y la mente. De alguna manera, el aprendizaje natural, universal o intuitivo que ocurre en la casa o en el ambiente inmediato del niño en los primeros años de su vida, parece de un orden diferente al del aprendizaje escolar que se requiere a través del mundo letrado.
|