Quienes se han dedicado a indagar sobre lo que se comprende por pensamiento y acerca de si éste puede ser enseñado, así como a sistematizar lo relacionado con ensayos y experiencias de desarrollo de habilidades intelectuales, coinciden en señalar la consolidación del movimiento de Enseñanza del Pensamiento (EDP) como una especie de alternativa a la enseñanza tradicional de contenidos. La afirmación se refiere de manera precisa a los escenarios educativos formales, en los cuales se hace énfasis en lo que los estudiantes deben saber en cada grado o nivel escolar y se ignora el modo en que éstos se pueden apropiar de lo que los maestros enseñan. A mediados de la década de los años setenta y durante los ochenta se desarrollaron y consolidaron importantes líneas de investigación en torno a modelos y estilos de enseñar a pensar. Las referencias aluden principalmente a Estados Unidos y algunos países de América Latina.
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