La progresiva integración de las Tecnologías de la información y la Comunicación en la formación universitaria ha de llevar consigo la modificación de las funciones que tradicionalmente ha asumido el profesor. Sin embargo, a pesar de los cambios en el contexto de aprendizaje, los métodos de enseñanza no parecen haber cambiado sustancialmente. La eficacia del cambio metodológico que produce la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en los centros universitarios, se ha de apoyar en planes institucionales y no exclusivamente en voluntades individuales. Todo esto conlleva la necesaria reformulación de las funciones que ha de desarrollar el profesor universitario.
En el futuro, el profesor universitario, con la ayuda de las nuevas tecnologías, ejercerá más de orientador y guía del aprendizaje, asistiendo a los alumnos en tareas de razonamiento y búsqueda. También, tendrá que desarrollar el rol de motivador y estimulador del aprendizaje, sirviéndose de los medios informáticos para mejorar el interés de sus alumnos. El rol de evaluador de recursos será necesario para valorar aquellos medios y fijar criterios de selección.
Por otro lado, la relación que el profesor mantendrá con el alumno tendrá que ver con el hecho de asumir el rol de co-investigador y co-aprendiz, con el fin de obtener recursos que amplíen la visión y enriquezcan el conocimiento, facilitando un estilo de aprendizaje que podría denominarse "descubrimiento guiado". Asimismo, el profesor universitario tendrá que ser usuario de los recursos didácticos bajo soporte informático y creador de recursos para la enseñanza y el aprendizaje.
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