La persistencia de inconsistencias de todo tipo en los juicios humanos emitidos ante una gran variedad de estímulos presentados en las más diversas condiciones (Lichtenstein y Slovic, 1971, 1973; Grether y Plott, 1979), es un hecho ineludible y más preocupante cuando se manifiesta en dimensiones en los que no existe un criterio objetivo único de cuantificación, como es el caso de la percepción del riesgo. En algunos contextos particulares se obtienen resultados convincentes atendiendo a la multidimensionalidad de las características que pesan en la emisión de los juicios
(Tversky, 1969; Weingarden y Nishisato, 1986), o bien a la estructura no euclídea de las relaciones entre juicios (Tversky, 1977; Prat, Viladrich y Riba, 1989; Rodriguez-Miñón y otros, 1990). Sin embargo, esta cuestión puede abordarse de forma compatible con las anteriores y, a nuestro parecer más general, caracterizando la percepción humana como un proceso impreciso y poco estructurado (Sarrià, 1987).
|