El carácter global de esta experiencia permitió que en el proceso de resolución de un problema se implicase tanto al resto del alumnado y profesorado del centro como a las autoridades locales y provinciales. Esta experiencia resalta la dimensión social de la actividad educativa para que realmente ayude al alumnado a comprender y transformar su realidad.
Aún cuando desde todos los sectores de opinión pedagógica se recomienda trabajar desde los presupuestos de la globalización, la realidad escolar nos ofrece pocos ejemplos de este tipo de trabajos en este nivel de enseñanza. Uno de los principales motivos es el modo en como están organizados los contenidos del currículum y el profesorado; tratando de imitar el mundo laboral o productivo: por un lado, tenemos unas disciplinas o campos de conocimiento que se presentan definitivamente separadas; matemáticas, sociales, naturales, lenguaje, etc. Y como consecuencia de esto, por otro lado, tenemos también un profesor o profesora diferente para cada disciplina o asignatura.
Con este tipo de organización del contenido y dada la falta de coordinación entre el profesorado difícilmente se puede trabajar desde la globalización.
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