No puede decirse, que haya sido muy prolífico el tratamiento dado al tema de los roles como pieza clave del comportamiento grupal. La mayoría de las aportaciones al respecto, provienen de la psicología social, esto es, del comportamiento de los sujetos en contextos sociales, no necesariamente educativos.
El tema de los roles, en si mismo, no parece encerrar grandes complicaciones. Que todos desempeñamos diferentes roles es algo evidente, pero, tal y como sugiero en el título de este trabajo, sería muy conveniente distinguir entre el rol que libremente decidimos desempeñar (elección no siempre conscientemente realizada) y el rol o roles que nos vienen dados por el grupo al que de una forma sistemática pertenecemos.
No es mi intención profundizar, insisto, en los roles que de forma general parecen desplegarse en los grupos, sean de la adscripción que sean. Antes bien, me propongo con este documento, invitar a la reflexión, a todos los que de una forma u otra intervenimos en la dinámica de un grupo clase, acerca de la enorme responsabilidad que nos corresponde como generadores, mantenedores o por qué no, como ignorantes de determinados roles que una y otra vez parecen manifestarse en distintos momentos del proceso de enseñanza‑aprendizaje y que, según todos los indicios, actúan de forma independiente de la asignatura, la edad o la extracción social de los alumnos.
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